Hablemos, escritoras. Blog

Crónica sobre espacios que crean comunidad: un centro cultural, una rebelde y un juego de rayuela

Adriana Pacheco · 09/21/2024

Pasar tres semanas en Sudamérica hablando y escuchando sobre literatura, sociedad, arte y cultura será uno de los grandes regalos que Hablemos escritoras me ha dado. No por el hecho de decir que viajé hasta tres icónicos países de nuestro continente —Chile, Perú y Bolivia— sino por el privilegio de atravezar la pantalla de zoom, en donde la pandemia nos dejó atrapados haciéndonos creer que estábamos juntos y cerca en la distancia. Lo irremplazable de un viaje así es la posibilidad poner cuerpo y huesos a una cara, un nombre o una voz que se conocen a través de llamadas, pantallas y correos. Es el placer de abrazar a quienes a la distancia se han hecho amigas y cómplices. Es ponerlas en un lugar físico y conocer de donde son, qué realidad respiran, cuáles son las calles que caminan, los lugares que frecuentan y comparten. 

Este viaje me permitió caminar y abrazar a mucha gente querida, reforzar viejas amistades y hacer nuevas y ser testigo de la generosidad y el trabajo incansable de muchos para difundir libros y autores. Muchos fueron los espacios en donde estuvimos, donde estrechamos lazos para agradecer o para planear colaboraciones futuras. Por eso es que hoy quiero dedicar este blog a las personas que nos abrieron las puertas en cada una de estas tres ciudades y desde donde hacen comunidad. Porque a lo largo de la historia de la literatura, los lugares donde se trama en persona, uno a uno, son históricos como la Casa del Lago de la Ciudad de México en donde Cláudia Kerik nos ha contado que se reunían con Roberto Bolaño y otros más, o la casa de la agente literaria Carmen Balcells, donde se consolidó el grupo del Boom, o el famoso Café de Pombo del que escribiera Ramón Gómez de la Serna. 

El recorrido comienza en Centro Cultural La Moneda, donde nos sorprendimos al ver el lugar. Pues, aunque ya conocía el Palacio de la Moneda, casa del gobierno chileno, nunca había bajado a ver el sótano que aloja un enorme e impresionante lugar de encuentro. La sala en donde nos recibieron Elisa Villanueva, Coordinadora del Espacio Lector, y Gabriel Hoecker, en donde ya nos esperaban Mariana Hales y María Teresa Cárdenas a quienes les debemos este contacto, se veía desde fuera de la vidriera como un lugar luminoso que invitaba a entrar. El evento que reunió a muchas escritoras queridas que ya están en el podcast y las que estarán pronto, algunas de ellas viniendo desde lejos y otras cargadas de libros para obsequiarnos, me emocionaron en verdad. No nos quedó duda de que el Centro Cultural La Moneda es un lugar vibrante que promueve la lectura, el arte y la cultura. Agradezco y felicito a Regina Rodríguez Covarrubias, Directora ejecutiva, por este gran trabajo. 

Lima fue la siguiente parada en un país, Perú, que siempre me deja con ganas de regresar. Esta vez el tour Hablemos, escritoras nos llevó a uno de los barrios que más me gusta de esa ciudad costeña: Miraflores. Ahí, muy cerca del Museo de Arte Contemporáneo está la Librería La Rebelde y fue Katya Adaui la que nos habló de ella y nos puso en contacto con Soledad Cunliffe. Ella junto con Manuel Velarde en 2021 abrieron este lugar para vender libros y organizar eventos. Una casa con distintas habitaciones y tapetes que las hacen aún más acogedoras, una terraza en el segundo piso, una parte frontal y un area de actividades nos recibió. La blancura de las paredes destacaban aún más los más de 12000 productos que anuncian en su página web, en donde vimos que se incluyen libros de editoriales independientes y grandes grupos editoriales. Habiendo tenido nosotros mismos una librería de libros físicos, sabemos el gran trabajo que es tener un catálogo así de extenso. En una fresca noche del invierno peruano, me dio mucho gusto conocer escritoras con las que no había conversado nunca y que aceptaron la invitación y algunas de las que ya pronto estarán en la enciclopedia y el podcast. 

Si hay una ciudad anclada en las montañas, en la olla que forma entre riscos y caseríos de ladrillo rojo es La Paz, capital de Bolivia. Totalmente fascinante en su geografía, la comunicación y transporte entre un lado y otro es con teleféricos y góndolas de distintos colores que llevan de un lado a otro a su gente. Hasta ahí nos llevó Mónica Velásquez para aprender de la escena literaria y cultural con una parada en uno de los museos más hermosos que he visto en mi vida, el Museo Nacional de Etnografía y Folklore.   El cierre de nuestra estancia en ese país fue en el Restaurante Rayuela, que te recibe con una rayuela sobre la acera para invitarte a jugar el juego de la infancia. Es la escritora Claudia Peña quien nos abrió las puertas de este espacio para tener una velada, una tertulia, que me recordó lo importante que son las conversaciones literarias alrededor de una mesa, una buena cena y una botella de vino. Mucho recogemos de esa conversación con escritroas, críticas, editores y promotores literarios. 

Creo que cuando hacemos este tipo de viajes poco nos detenemos a hablar de los espacios literarios que visitamos y que nos acogen. Quienes los fundan, los administran y los protegen, son una pieza fundamental que nos para seguir difundiendo la obra de escritoras y escritores de hoy y de todos los tiempos. 

Buen provecho.