Con este poemario, Edith inicia una trayectoria de poeta,agarrando a la poesía sin miedo a que se le desparrame. Y con Edith perdemos, sus lectores, el miedo a la entrega a lo sagrado, lo magnifico del misterio de la vida y de la muerte. Nos fortalecemos para templarnos con los embateas de lo que postulaba Ernst Saemich:"Hacer arte es atreverse a zambullirse en el abismo". El poemario de Edith nos motiva a cultivar la fuerza para recorrer el filo que junta la vida con la muerte y la audacia de no apartarnos de él.