¿Ensayo narrativo sobre la imposibilidad de la escritura, sobre el miedo a la creación? ¿Autobiografía fragmentada: la autora y sus «enfermedades»? ¿Declaración de intenciones para el futuro, para la construcción de un mundo, otro mundo, hecho con palabras pero cierto? No importa el género o tipo de este texto: en todo caso, está asentado, anclado, en la realidad. Tanto en la de la autora como en la de sus palabras, que son también las de muchos lectores, hasta componer algo así como una ampliación vehemente y muy particular del «léxico familiar» de Natalia Ginzburg, pero ahora envés y revés al mismo tiempo.
La posibilidad y la imposibilidad de escribir, la enfermedad, la muerte, las desapariciones, la Necesidad con mayúsculas y la vida son los ejes de este sugerente ensayo en primera persona, crónica igualmente de unos años y de una forma de vivirlos donde la propia Literatura, también con mayúsculas, se convierte en medicina y cura en medio del desconcierto que ella misma produce. O que, más bien, produce la No Escritura.
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