Dicen que el camino más corto para conocerse a uno mismo es dar la vuelta al mundo. Un viaje casi igual de desmedido y de temerario emprende la protagonista de Los días animales, pero las distancias geográficas a las que llega son menos vertiginosas que su propio viaje interior. Esta es la historia de una mujer que busca sus propios límites y que parece encontrar la plenitud en el dolor y el infortunio, pero que acaba encontrando al final del desarraigo, una paz interior tal vez sólida o tal vez muy frágil: hay cosas que las novelas no nos dicen. Keila Vall cuenta un itinerario a través de medio mundo que es una aventura y una crónica de viajes y una metáfora del descubrimiento: el de las cosas fundamentale que han estado siempre dentro de nosotros, pero que hemos debido ir muy lejos para encontrar, reconocer y aceptar. —Antonio Muñoz Molina