"Las imágenes improbables; los lugares místicos y míticos; el ser humano por venir, la mujer por llegar, son figuras que pasan a toda velocidad por el río de palabras. El poema en prosa le permite a Norma Salazar esta libertad de circunstancias e invitan al viaje que lo mismo es histórico que onírico. Por algunos momentos Norma Salazar convoca tantos ríos de luz que el lector puede ahogarse por los ojos y sólo las lágrimas permitirían el desahogo; primero es ahí, en ese punto donde se rozan los ojos, en que el lector sabrá poner la línea húmeda del horizonte 8borrado por el movimiento perpetuo de las figuras) e instalarse para contemplar con los ojos en limpio, un poema caudaloso en que se unen clandestinamente el mar con el cielo, el baúl con el ropero, el agua con el fuego” Armando Oviedo