Todos tenemos deseos, una "sed" que nos consume, de paz, de libertad, de salvación, de atención... Para algunos, aquellas aspiraciones ofrecen una guía, un compás que los mantiene en buen camino. Para otros, las fuerzas que los mueven pueden convertirse en las mismas que los aniquilan. Todos empezamos en el mismo lugar y terminamos en destinos muy diferentes. ¿Alguna vez te has preguntado por qué? Esta es la premisa de Noche de Penas, una novela de exploración de lo humano a través de cuatro mujeres: Con la ayuda de una sanadora chamán, cuatro desconocidas enfrentan, en una noche en el desierto, visiones de pasado, presente y futuro durante una inusual ceremonia de Temazcal. La oportunidad de ver sus vidas en perfecto detalle cambiará sus perspectivas para siempre. Noche de Penas nos recuerda que: "No hay presente sin pasado. No hay futuro sin presente. Nuestros actos son la brújula, el compás de donde aprendemos. Amor, alegría, compasión, odio, venganza, temor, rencor… Son emociones aprendidas en el pasado, en el presente, en el presente pasado y en el pasado que queda presente… Son las emociones que tiñen el futuro. Y el futuro, aquello que imaginamos siempre distante, una premonición, un espejismo, aquello que vendrá cuando vendrá… El futuro es nuestro acto final. Presta atención"