No bastaba una sola voz, por dolida y sincera que fuese, para darle sonido, la significación, la dimensión misma de los trágicos días vividos por muchos mexicanos en Octubre de 1968. Elena Poniatowska se dedicó, pues, a oír las múltiples voces de los protagonistas -indiferentes, solidarias, quejumbrosas o airadas- y compuso este enorme testimonio colectivo, que, a la manera de un coro plural, da relación de los hechos. Desde cualquier punto de vista o posición que adopte ante lo sucedido en esos días, el lector sentirá que esta obra de algún modo le concierne y lo reclama. Estudiantes, obreros, padres y madres de familia, profesores, empleados, soldados y hombres de Estado, en fin, diversos componentes de la sociedad mexicana actual, aportan su modo de ver, sentir y considerar los acontecimientos. No se trata de emitir un juicio general, sino de recoger la experiencia misma y su reflejo en la memoria de muchos. Los testimonios fueron fielmente transcritos: las palabras vibran en la página con su textura y tono oral. Este es un libro que será oído más leído. Un libro que no podemos dejar de oír.