Texto conformado por 11 breves ensayos cuyas reflexiones hacen presente temas que no dejan de inquietar. Para Bernárdez lo insalvable es por sí mismo insalvable, pero de la incongruencia renace la esperanza a través de escribir como claridad. De lo contrario, no ofrecería esto que han sido sus asuntos a lo largo de años y que han sido expuestos en el ensayo entendido como un ensayar: un trastabilleo constante que gira alrededor de un eje, a fin de que en el recorrido, se toquen los puntos que conforman su circularidad. El trazo del libro delata la preocupación irremediable sobre la violencia como forma de vida y su relación con la escritura, motivo para tratar de comprender algunas de sus aristas, lo cual a pesar de ser una ganancia relativa, al final del recuento, supuso una ganancia pírrica. ¿Por qué la violencia?, porque hemos sido educados en la competitividad pero no en la generosidad; en la tolerancia, incluso en la solidaridad, pero no en la compasión que reconoce al otro como un semejante diverso y como un prójimo circunscrito a la órbita vital. La autora plantea que si no somos capaces de perdonar ni de olvidar es porque tras este escenario subyace la pretensión del cumplimiento de la norma, es decir, la consigna de que se haga justicia, lo que de antemano es imposible. La clave serán las palabras de Derridá: "la lógica y el sentido común concuerdan por una vez con la paradoja: es preciso, me parece, partir del hecho de que sí, existe lo imperdonable. ¿No es en verdad lo único a perdonar? ¿Lo único que invoca el perdón?". Sendas del olivo ofrece al lector textos que inquietan porque no pretenden abarcar ni sistematizar, sino hacer una cala en temas que exigen ser considerados de nueva cuenta bajo la perspectiva de un mundo cada vez más astillado.