En cada uno de sus libros, Mariana Bernárdez has ido consolidando su voz poética, que encontró pronto. Acaso el secreto último de la misma radique en esa caligrafía suya, clara y grande, por la que alienta su ser, a través de la que su ser (y su obra) se nos muestra sin máscaras ni artificios. En el principio fue, pues, esa voz que ahora el paso del tiempo y las pruebas de la vida le conducen a una madurez que es la que se nos ofrece en estas páginas. Lucha de nuevo en este libro forma y contenido y, a veces, ya desde el principio: "Des.tierro / En.tiempo / trans.tierro". Pero que no se engañe el lector, pues siempre hay detrás una hondura que proviene de la experiencia del vivir la poesía, de que esta es vía de conocimiento y de que la autora la deja fluir con una gran libertad expresiva, en la que ya no cabe distinguir fondo de forma. Se torna así el poema en microcosmo que contiene muchos saberes y le será difícil al lector adscribir dichos poemas a tópicos al uso: una generación, un temario, un tono expresivo determinado. Poesía personal.