Nos encontramos ante una poesía que expone con total sinceridad el dolor y la violencia que nos consume como personas, como sociedades. Sudáieva las supo ver antes de tiempo, antes que nosotros.
Pero la poesía de Sudáieva también entremezcla un humor fino con la violencia de las órdenes. Una poesía que no descansa hasta dejar en claro que la contradicción es el eje central del ser humano. Somos seres que profundamente débiles, profundamente necesitados de atención, de cariño, pero que, sin embargo, vivimos obsesionados por el orden político y social, que suponemos nos antecede y nos supera.