Malú Huacuja del Toro ha encontrado su tema en la literatura de espionaje durante la Guerra Fría. Se desenvuelve en ella como pez en el agua. Su maestría de narradora, su imaginación en ristre, su astucia literaria de siempre, hacen de esta novela no sólo un escrito divertidísimo, que se lee prácticamente de un tirón, sino un texto que nos conduce a la reflexión de lo que somos los humanos en general y de cómo nos comportamos en ciertas coyunturas –como la de la época de la bipolaridad política mundial– en que afloran la tragedia y la comicidad de nuestros actos.