Como contribución al fenómeno de la lectura y en el marco del centenario del surgimiento del cine, Plaza y Valdés Editores y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Publicaciones, han sumado esfuerzos para poner en circulación de bolsillo vinculada a la cultura cinematográfica. En efecto, ante el éxito de su colección Teatro Breve con 20 títulos en circulación, los editores hemos decidido publicar guiones de cine de primera calidad. Algunos de ellos, a pesar de su excelencia, no dieron lugar a una cinta fílmica como es el caso de Porfirio Díaz del célebre guionista de cine y magnífico escritor Mauricio Magdalen. Otros, en cambio, de buenos guiones pasaron a ser clásicas del cine mexicano; como es el caso de El Apando de José Agustín, por no citar sino uno más de los textos de esta serie que apenas inicia. Es proverbial decir que para que exista una buena película se requiere un mejor guión y no necesariamente una magnífica novela o pieza narrativa. La especificidad del medio exige, como en el caso del teatro, una dramaturgia particular que si bien puede verse rebasada en la cinta o en el escenario al sumarse música, escenográfica, vestuario, dirección, actuación y fotografía para el cine, no puede estar a contrapelo de la obra final. Hoy ponemos la letra impresa al servicio del cine. Esto que es más frecuente en el teatro, rara vez se hace para el cine. El homenaje de Gutemberg a Lumiere.