Feminismo bastardo

No puede ser más hermoso y significativo el nombre de este libro, Feminismo bastardo, que Editorial Mantis tiene el honor de editar, junto a Canal Press, en esta primera incursión editorial fuera de Bolivia y, precisamente, en los Estados Unidos, casi en un gesto contracorriente. Las palabras son campos magnéticos que se cargan de los sentidos que les da la cultura. Muchas de ellas son armas arrojadizas o instrumentos punzocortantes que sirven para herir, para marcar, para desangrar con su crueldad intrínseca. La palabra bastarda es una de esas especies ponzoñosas, usada históricamente para designar aquello fuera del matrimonio o de origen impuro, ilegítimo y humilde, que no pocas veces proviene de una violación. Esa palabra, que lastima dos veces pues golpea en el presente del insulto pero también en la violencia original que invoca, es elegida por María Galindo para resignificarla y nombrar su idea de feminismo. Uno que vuelve hacia la historia para preguntar lo prohibido y se instala en la desobediencia como praxis y como crítica cultural permanente. Lo bastardo se plantea entonces como el espacio de los intersticios, de las ambigüedades, de lo mutante y de lo fronterizo desde donde se plantea no uno sino los feminismos. El de María Galindo es pues un feminismo bastardo, una voz colectiva que tiene la calle por territorio y no responde a una instrucción ideológica o a una lectura importada de la academia, sino que proviene de una decisión existencial, de la lectura directa y vivencial de los cuerpos en lucha. «No es un feminismo carente de discurso –ni de ideas–, sino uno cuyas protagonistas son las voces silenciadas, sin foro ni micrófono». De ese feminismo intuitivo y creativo, que está llenando las calles y que está desestabilizando el espacio doméstico y el patriarcado, es que viene a contarnos este libro en sus cinco partes: Feminismos, Conceptos básicos, Arte, Mariconadas y Covid.