«Me encomendé al Diablo porque Dios en esto no hace el paro», nos dice una de las narradoras de los trece cuentos que conforman Perras de reserva, el genial primer libro de Dahlia de la Cerda, ganador del Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2019, que aparece ahora publicado en una nueva versión revisada y ampliada. Y es que sabe bien que «Escapar de esto no depende de echarle ganas, de querer salir adelante», antes de adentrarse sin retorno en una vida criminal. Un poco como sucede con Yuliana, la macabramente entrañable heredera al trono de un capo del narcotráfico. O con su mejor amiga Regina y su deseo de tener «un novio buchón con ropa de marca que no fuera a Zara y que en lugar de tener gatos Sphynx tuviera leones de mascota». O con «la mejor bruja de la región», que ofrece sus servicios a través de su página de Facebook, y pacta con el diablo para que le ayude con la vecina cuyos perros se saltan al patio de la bruja para hacer sus necesidades.
Y es que las protagonistas de Perras de reserva comparten las dificultades y peligros implicados en el mero hecho de nacer mujeres, y los enfrentan con los recursos que la vida les ofrece, obligadas a formular sus propias categorías para situar la frontera entre el bien y el mal. Y nos cuentan sus vidas siempre en primera persona, haciéndonos parte íntima de su forma de habitar el mundo, con un lenguaje sumamente oral y coloquial, casi siempre cargado de una fuerte dosis de humor negro. Como si solo mediante el relato de sus aventuras y desventuras encontraran estas memorables protagonistas la redención consistente en existir atemporalmente, a través de la potente y sumamente original literatura de Dahlia de la Cerda.