Una vez más Patricia Severín nos demuestra que la poesía es un arte que domina con precisión, con valentía y profundidad. Su voz poética muda de lo interior al barrio, del país a lo universal, de lo pequeño a lo infinito. Hace magia con sólo cuatro letras: MUDA, un poemario que pone al lector a trabajar/jugar desde el mismo título, con todas las acepciones posibles. En este libro hay susurros amordazados, corazones que estallan, grafitis, marcas en el cuello, paisajes clandestinos, habitaciones disponibles, palabras robadas que hormiga blanca, laboriosa y salvaje escribe sobre los sueños; radios donde la felicidad es un subproducto y la patria un escozor famélico que vitorea alrededor de la plaza. La palabra confiable multiplica, Patricia, tu muda no termina nunca de mudar y los lectores te lo agradecemos. Todos estamos escritos en el viento.