La autora sostiene que ella es exclusivamente narradora, y estos cuentos acuden a darle la razón. Hay en ellos multiplicidad de voces, de escenarios, de conflictos, de secretos, de idas y vueltas de la vida y de la muerte. Casi podría decirse que no ha dejado nada de lado. Sólo que no se trata de un farragoso inventario de luchas y angustas, sino de variadas miradas hacia eso que según ella, la tiene sin cuidado. De manera que: ¡cuidado lector! Cada cuento es un paso por el reino de lo inexplicable.