Comienzan hace veinticinco años en la Cuba de final del siglo XX y terminan en una pequeña aldea de Pontevedra que se adentra, con cautela, en el XXI. Relatos que viajan desde el Malecón de La Habana, o las planicies interiores de la isla, hasta las frondas gallegas o los inciertos bares donde se consigue un alcohol tan ilegal como piadoso. Relatos y corredoiras donde alientan personajes que son puro espejo de la mirada que sobre ellos, sobre sus extrañezas y sus sonrisas difíciles, ha puesto la buena prosa de Murillo. Resulta este libro una invitación a la aventura narrativa y, más aún, a viajar como lectores por nuestra propias corredoiras.