Año 1996. El presidente de la República es investigado tras comprobarse que a su campaña ingresaron dineros del
narcotráfico. «Fue a mis espaldas», se defiende él, pero una «mona reteñida», vinculada a la mafia, tiene pruebas que demuestran lo contrario. Entonces cae asesinada.
La mujer que sabía demasiado, de Silvia Galvis, recrea uno de los episodios más sórdidos de nuestra historia. Los hechos del trasfondo ocurrieron, pero la trama es inventada, y el protagonista, Bruno Nolano, es un personaje de
ficción: un fiscal empecinado en resolver el crimen con la ambición de escribir una novela policíaca.
Esta es una novela policíaca que, como una muñeca rusa, contiene otra novela policíaca: una ficción dentro de la ficción de un crimen de la vida real. Sin traicionar el género, ni falsear nuestra idiosincrasia, Galvis usa los artificios de la literatura para desentrañar la realidad. Cuando se publicó por primera vez, le censuraron algunos nombres, descripciones, referencias y parlamentos demasiado cercanos a los de la vida real. Esta es la primera edición sin censura.