En Turdera, un barrio suburbano, se entrecruzan historias personales con la historia colectiva. Existencias marcadas por los apremios económicos y por la violencia de una geografía periférica se empeñan, cada una a su modo, en encontrarle un sentido a cada día. Prosa precisa y despojada que confirma a la autora como una excelente narradora.