Aquí hay icebergs es una colección de cuentos, pero también de emociones rotas. El quiebre puede ocurrir en un paseo a la playa luego de Navidad, en el recuento de los lugares o recuerdos que construyen la memoria familiar, en un tenso café entre madre e hija, enla compañía de amigos que convierten un juego en psicopatía o en el enrarecido intercambio entre dos súbditos vecinos. El punto, entodos los casos, es que en cada relato una emoción se pone a prueba, finalmente se quiebra y de ella no queda sino una verdad, o mejor dicho, la autopsia de una verdad. Katya Adaui ha encontrado belleza en esos fríos destellos y lo ha hecho con un arsenal notablede recursos narrativos: inversiones gramaticales, préstamos dramatúrgicos y una singular habilidad por hallar la poesía que circunda las tristezas de las que se nutre la vida.