Cuando tía Lola llega a Vermont —donde se acaba de mudar la familia de Miguel— desde República Dominicana, para ayudar a su mami, el niño se preocupa porque cree que su extravagante y amistosa tía, que no sabe hablar inglés, lo pondrá en aprietos y le hará más difícil hacer nuevos amigos. Pero para sorpresa de Miguel, el encanto de tía Lola le ganará el cariño y la admiración de toda la comunidad.