Trae tu espalda para hacer mi mesa se despliega al aire exhalando un aroma de palabras sobre el tiempo deleitoso de los amantes. Delicado paladar y arte amatoria. La zozobra de viajar en busca del otro. Estas breves historias no conocen final: bajo la línea que marca un hasta aquí, asoma el nuevo inicio. Bandejas, bocados, sabores y encuentros evocados en un balancín y en un balcón, oteando el horizonte atlántico. Todo se lee en el plato, también la libertad.