Canciones desde el fin del mundo es un libro que se abre y del que emergen cánticos, rezos y mantras. En él la escritura no desciende, no hay lugar para el ocaso. De este libro nace el agujero; el yo se crece y, gigante, se vuelve caníbal, en él el hambre, la coz del caballo del que la autora habla, cada vez se hace más grande: como sus poemas. Los textos que componen este libro son un volcán temblando a punto de explotar y que baña con lava su cerro, moja fuerte sus faldas.