Con frecuencia me ocurre que explico algo —a mi familia, mis amigos, mis alumnos— y me quedo con la sensación de que no consido decir las coss tal y como las veo en mi cabeza. Inteto de neuvo, busco otors gestos, otras palabras, otros ejemplos y si tengo suerte lo logro. Esta edición de Una no habla de esto se acerca má a como la veía en mi cabeza. (Epílogo, fragmento)