Para ser nueva muchas veces hay que ser clásica todo el tiempo. Parafraseando a Heidegger, la poesía verdadera tiene la virtud de mostrar cómo los caminos que parten del pasado son los que mejor nos conducen al futuro. Sara Martínez Navarro nos regala en este libro, Nueva muchas veces, su obra más madura, más segura y más arriesgada. La cultura grecorromana se convierte en estos versos en una voz con tanto futuro que ni siquiera necesita reivindicar la originalidad.
Y es que en estos versos la cultura clásica es más clásica y más cultura porque, en realidad, está hablando de la vida. Y, ya que su riqueza es inmaterial como hexámetros sobre bronce, estas páginas caminan con igual elegancia entre ruinas históricas y uralitas de pobres edificios que valen tanto como el mármol. Entre lirios y asfalto. Entre autopistas de peaje y caminos de tierra. Sara Martínez Navarro lo mismo habla con Séneca que con Santa Teresa, con su madre que con Góngora. La verdad poética de este libro es una exigencia tan íntima que se revela la más universal y humana de las formas de la belleza. En medio del bosque de publicaciones, este es el libro que me hubiera gustado que alguien me recomendara. Sara Martínez Navarro planta un verbo, y el resto es casa. No paséis por su puerta sin entrar.