Borrosa es la imagen que tenemos de las soldaderas, los rostros indiferenciados de un coro que realza, por contraste, las bien iluminadas batallas y atrocidades de sus hombres. Sin embargo, ellas también fueron protagonistas de la Revolución Mexicana: sustento físico y moral de los ejércitos, arrojadas a las turbulencias de la guerra por su lealtad, su valentía o un futuro hecho pedazos tras el rapto y la violación, sin ellas quizá habrían sido otras las páginas de nuestra historia. Elena Poniatowska, siguiendo el rastro de mujeres guerreras que inicia con la gesta de la Coyolxauhqui, rescata del polvo y el ninguneo la historia viva de las soldaderas, cientos de Adelitas y Valentinas cuyo destino no sería tan ideal como los corridos que las cantan y que, valientes, rabiosas, leales y trabajadoras, se sumaron —con un rostro que a medias recuerda a la virgen inmaculada, a medias a la bruja salvaje y viciosa— al atroz himno de sangre y muerte con que se construyó la historia de nuestra revolución. (contraportada) (Edición original: 1999)
Las fotografías de la colección Fototeca que se muestra en el libro son una joya.