Dos pequeñas islas mirándose fijamente me hace pensar en que la poesía, antes que cualquier otra cosa, debería ser una herramienta para amar el mundo. “Dejar de pedir, por fin dar”, dice la poeta en uno de sus fantásticos poemas que son cada uno un viaje breve y psicodélico hacia la lucidez . Si solo el 5 por ciento de lxs poetas del mundo vinieran de Marte (como Tilsa Otta), cuanto más evolucionada sería la poesía y cuánto más preparados estaríamos lxs humanos para enfrentar el futuro. Cecilia Pavón