Escrita en un lenguaje cotidiano, sin ensimismamientos ni estridencias, la poesía de Claudia atiende al recuerdo, propio o ajeno, da igual, cuando se tiene, como es el caso, la capacidad de colocarse en el lugar de quien evoca. Poemas de engañosa sencillez, que apelan al mito antes que al logos; de paisajes exteriores y escenas íntimas en las que la autora indaga devolviéndonos nostalgias, deseos insatisfechos, ternuras y asombros. Historias que nos atañen, aunque sucedan en la Patagonia y en ellas aparezcan ballenas u ovnis.