La historia de México bien puede escribirse a través de los resortes y los saldos de la subversión. Están presentes en esta crónica las expresiones de radicalidad o de violencia popular más visibles en los últimos veinticinco años: las guerrilleras, el Ejército Zapatista, la vertiente anarquista que comete sabotajes, las autodefensas y las guardias comunitarias. Se dirá que las manifestaciones subversivas son marginales y con poco impacto político, pero cada una, con sus particularidades, ha expuesto el recrudecimiento de la violencia estructural. Y algunas tienen visos de crecimiento, como las autodefensas y los movimientos de resistencias contra cientos de megaproyectos. Esta narración reivindica la dimensión humana del periodismo que acude al lugar de los hechos a reportear sobre el terreno y recoger directamente las voces