La protagonista de Tela de Sevoya, mexicana, viaja a Bulgaria en busca de la casa de sus padres, de su historia y del ladino, la lengua familiar que los judíos sefardís se llevaron consigo de la España Medieval. El lector se sentirá conmovido ante las descripciones que retratan la llegada de los migrantes judíos a sus nuevos países. Se trata, en suma,de una obra donde la dulzura del ladino, con su extraña ortografía, encabeza este relato a través de paginas rescatadas, transcritas, investigadas, imaginadas e incluso soñadas por la voz narrativa de esta novela, obra única en su género.