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No fue el tiempo de las mujeres en los Estados Unidos

Adriana Pacheco · 11/16/2024

Hace unos días en mi columna "Troyanas" que generosamente abre la revista Literal Publishing para mis reflexiones sobre literatura, género y sociedad, escribí mis ideas sobre las elecciones que vivimos los americanos en los Estados Unidos este mes de noviembre. No siempre escribo de política porque los temas que nos ocupan son otros, pero como uno de ellos sí es el género y las oportunidades que las mujeres tienen en distintas posiciones, como lo es la política, ameritaba estudiar, leer y reflexionar más. 

Una vez pasada lo que yo creo serán conocidas como los resultados electorales más desconcertntes de la historia de este país, muchos se han volcado a dar sus razones de la gran derrota que sufrieron los demócratas y el triunfo comletamente rotundo de los republicanos; de los cambios en los votantes en términos de raza, género, educación y demografía. Las razones, como pueden leer en mi artículo, van desde lo económico, hasta juzgar la mala calidad de la campaña y de la estrategia utilizada para llegar a los votantes.

Yo quiero regresar la mirada a que por segunda vez una mujer contendió a la presidencia de los Estados Unidos y por segunda vez una mujer perdió, ambas veces contra el mismo candidato, uno que se conoce por su visión ultra masculinizada y que ha sido denunciado y demandado por ataques a las mujeres. Mi lectura es desde las cifras y los números y desde el contexto en general de los unpoco más de 100 días de campaña de Kamala Harris. 

No pensar que el sexismo tuvo también que ver en el resultado de las elecciones —sin ignorar por supuesto las otras muchas razones que tuvieron los votantes— es ignorar datos que ya están saliendo en las "encuestas de salida" en dond en 15% ha declarado que nunca votaria por una mujer. Pero además es olvidar que esto está sucediendo por segunda vez con lo que Estados Unidos se convierte en el continente en el único país grande en tamaño y por lo tanto en votantes que no tiene a una mujer como presidente. 

De ninguna manera se esperaba que los que fuimos a votar el 5 de noviembre lo hiciéramos por un candidato por su género, pero sí reconocer que este pudo haber sido el momento para abrir una oportunidad a una candidata que tenía propuestas que podrían considerarse, con una visión en donde la apertura y el trabajo en colaboración estaban incluidas, en donde su experiencia y el apoyo que tenía atrás hubiera permitido que muchos otros llegaran con ella a dirigir los destinos del país. 

El voto, tal vez de castigo para los Demócratas, se notó en el Senado y, como se ve ahora, en la Cámara de Diputados, pero en él se perdió el país de por primera vez tener una mirada y una sensiblidad que tal vez es necesaria para la situación actual de los Estados Unidos y del mundo.

Este es el año en que Claudia Sheimbaum se convierte en la primera mujer presidente de México; este es el año en que yo tengo el enorme gusto de conocer a Michelle Bachelet, en su visita a Austin, en el que entrevisté a Lucero Saldaña, a Violeta Barrientos, a Claudia Peña, a Maria Soeldad Quiroga, todas ellas mujeres que se han abierto camino en la política en países como Chile, Perú y Bolivia, países con una gran misoginia y machismo, pero que han logrado tener un lugar y una oportunidad. ¿Qué es lo que pasa en Estados Unidos entonces?  ¿Is it just the economy? No, it is not just the economy, es algo mucho más complejo y profundo. 

Los invito a leer en Troyanas