Hablemos, escritoras. Switch to our version in English

Crista Aun.

Episodio 331 Acercándonos a escritoras

04/27/2022 · Adriana Pacheco

El silencio es el que nos da la oportunidad de ver las cosas"

Adriana Pacheco: Con una obra principalmente en relato breve y nacida en Sinaloa, México, 1971. Crista Aun se suma hoy al proyecto Hablemos, escritoras. Con una formación en diversos talleres de escritura, ha participado en diversos libros colectivos y el día de hoy revisaremos tres de sus libros, Madre en llamas, Instituto Sinaloense de Cultura, 2018, Tras bambalinas, Ediciones del Lirio, 2020, Devastaciones cotidianas, Consejo Estatal Jalisco, 2021. Le damos las gracias por sumarse a este proyecto y los invitamos a todos a que visiten nuestra página web y escuchen nuestros podcasts en todas las plataformas de audio. No olviden visitar bookshop.org/shop/shopescritorasbooks, en donde podrán encontrar la obra de Crista Aun. Y soy Adriana Pacheco, bienvenidos.

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Adriana Pacheco: Hablemos, escritoras ha convertido en un universo enorme y bueno, cada vez que tenemos una nueva voz nos emociona, no solamente por los temas y la técnica, sino por todas las otras aportaciones que hace a esta gran conversación que es el fascinante mundo de las letras escritas por escritoras. Muchísimas gracias Crista Aun, que hoy te unes a este proyecto. Gracias por aceptar la invitación.

Crista Aun: A ti, Adriana, es un honor estar aquí. Para mí Hablemos, escritoras es una escuela. Me encanta escucharlas, aprender de todas ellas, de su experiencia, de su proceso creativo y como te digo, es una escuela para mí y estar aquí es un honor.

AP: Muchísimas gracias en nombre del equipo, me encanta que lo veas como una escuela, me encanta. Es una pequeña aportación a lo mucho que se tiene que decir todavía. Pues Crista es mexicana, es nacida en 1971. Tiene una relación muy interesante con el país porque ha estado en la Ciudad de México, que es la capital, en Ciudad Juárez, que es el norte y se ha movido en todo este espacio en el Estado de Jalisco y en todo este espacio que tiene tantas voces tan interesantes de la literatura. Crista, ¿Por qué hablar con tantos silencios? Qué interesante tu obra, qué maravillosa tu obra tan cargada de silencios, cuéntanos.

CA: Ay, gracias Adriana, por verla con esta generosidad. Mira, para mí el silencio es como a veces indispensable, necesario, porque es donde reflexionamos, es donde nos damos la oportunidad de analizar las cosas. Y para mí el silencio, cuando recurro pues a la brevedad, es porque reconozco que el lenguaje es muy potente. Y entonces no hay necesidad en ciertas ocasiones de agotarlo, más cuando la intención es ser breve, ¿no? Cuidar el lenguaje también es darle potencia, es darle su justa medida al lector para que partan de ahí y sean ellos los que construyan con este poquito que les damos. Y pues sobre todo a mí me gusta la brevedad porque apunto a que mi lector va a ser un lector activo, que va a estar dispuesto a esto, a hacer este trabajo de análisis, de relectura, de encontrar otras interpretaciones y me gusta entablar este juego con los lectores.

AP: Increíble. Sí, retratar la vida en brevedad es un reto para quien lo lee, pero también es una manera de dejarte esa tarea de completar el relato. La página en blanco que se ve, por ejemplo, en tus libros, que es muy interesante, porque es como si esa hoja que se quedó escrita nada más en una parte está invitando a que tú termines de completar, como bien dices es nuestro propio trabajo activo como lectores. ¿Cuál es tu formación en las letras? ¿Cómo llegas a la literatura y empezar a escribir?

CA: Pues yo creo que llegué como nos llega a muchas, ¿no? Leyendo. Yo inicié como lectora por ahí de 16 años, 15. Me topé con un libro de Guadalupe Loaeza, me parece que era Las niñas bien

AP: Sí, cómo no.

CA: …y me encantó la fluidez de su lenguaje. Me encantó reconocer a esa edad que había una crítica, que había un “Mira, voltea a ver esto.” Me abrió otras realidades. Y luego me tocó con una novela de Elena Poniatowska, Hasta no verte, Jesús Mío, y ahí dije yo, “¿qué es esto?” Me encantó reconocer ese mundo, los personajes… Quedé prendada y pues de ahí pues la lectura ha sido, pues mi refugio, mi evasión y todo ¿no? Y ya cuanto tomé una decisión consciente de que yo quería ser escritora, entré a la SOGEM aquí en Guadalajara. Y ahí, pues obtuve todas estas bases de qué es el género, cómo, cuáles son sus requisitos —todo lo que uno debe de saber y respetar en cuanto a la literatura. Pero que una vez conociéndolo nos dan la posibilidad de explorarnos, de encontrar nuestra propia voz, encontrar estos temas que nos inquietan y que podemos explorar a través de la literatura.

AP: Claro.

CA: Entonces fue como yo llegué a la literatura. Y claro, no me detuve, no me he detenido en este diplomado que me ofreció la SOGEM porque yo estoy en la creencia de que uno siempre está en constante crecimiento, en constante aprendizaje. Y procuro tomar talleres, cursos ya de temas ya muy en específico, diplomados, encuentros, estoy… digo, tengo muy poquito dedicándome a la literatura, apenas llevo diez años y creo que todavía hay un mundo completo por descubrir. Así que así fue como llegué yo a las letras.

AP: Claro, definitivamente. Ahorita que mencionas Las niñas bien, pienso en nuestra entrevista con Alejandra Márquez que ella hizo después llevó a la pantalla grande esta película y bueno como ella decía que fue todo un estudio de una época y sí recordamos todos este libro, bueno, tú eres mucho más joven que yo, pero recordamos este libro como un parteaguas que nos dejó pensando siempre en qué es realmente la sociedad y los retratos de la sociedad. Qué interesante. Y bueno, esto lo que dices de la exploración, pues sí es inagotable. Ya que entraste a la SOGEM, cuéntanos, ¿cuál fue tu primer texto? ¿Hacia dónde pudiste publicarlo? Porque siempre el primer texto es un reto poder publicarlo, ¿no?

CA: Sí, mira, la SOGEM es un semillero de talentos, aquí en Guadalajara hay muchos escritores que están produciendo y que aunque no todos son conocidos, hay mucha producción. Y la SOGEM aporta eso, porque mi primer texto publicado fueron dos cuentos que fueron seleccionados para una antología que cada año publica las y SOGEM.

AP: Magnífico.

CA: Y fue una experiencia muy bonita porque me eligieron esos dos cuentos y la presentación fue en el marco de la FIL [Feria Internacional del Libro de Guadalajara], los leí en la FIL, entonces fue una experiencia muy linda. Que aparte de que nos dan las tablas, pues también nos permiten tener esta sensación de lo que es una publicación y de disfrutarlo ya visto así en impreso.

AP: Claro. Bueno, ¡además tú haces trampa porque vives ahí en donde es la sede de esta FIL maravillosa y enorme! Entonces, ¿cuántas veces has ido? Me imagino que has ido muchas veces.

CA: Pues mira, he ido cada vez que puedo. Y pues sí, es algo, es una fiesta que se debe de disfrutar, se debe explotar. Y ahora te confieso que ahora que estuvimos en pandemia, que fueron todas las presentaciones en línea, me di lujo porque no me perdí ni una. Duré todavía como mes y medio después viendo las conferencias, escuchando, viendo presentaciones y todo, pues porque se podía en esta virtual, ¿no?

AP: Qué maravilla.

CA: Así que le saqué jugo (se ríe).

AP: Qué maravilla. Bueno, los que vamos tenemos que hacer reservación meses antes. Y bueno, lo interesante es, por ejemplo, cuando te quedas en uno de los hoteles que están enfrente. El lobby del hotel se convierte en una extensión de la FIL.

CA: Claro.

AP: Entonces ahí desayunas y ves todo el mundo o te encuentras en el pasillo, casualmente con algunas de las grandes figuras que van a estar en la feria. Y bueno, pues la fiesta se extiende. Y después llegas a comer tortas ahogadas, ¿no?

CA: ¡Tortas ahogadas, sí (se ríe)!

AP: Y te encuentras en el restaurant a otros ¿no? Yo recuerdo que tuve el gran gusto de entrevistar ahí a Carmen Boullosa y ella me invitó a su hotel. Y su hotel era un hotel boutique en un lugar muy remoto, lejano, no muy lejos, pero si no estaba ahí, en ese lugar tan cerca de la FIL. Era en un lugar precioso y me emocionó muchísimo poder compartir ese espacio con ella en este lugar, que me estaba ella invitando, todas esas cosas, derrama la FIL, que de verdad es todo una joya de nuestro país.

CA: Sí, es hermosa. Y es muy bonito ver a tanta gente reunida en torno a la literatura y ávidos por los libros. Es muy bonito, muy bonito. También tengo muy presente la entrevista que le hiciste a Liliana Blum en una café fabulosa.

AP: Sí, ¡qué linda! Muchas gracias. Con un ruido alrededor y bueno yo nerviosísima que micrófono no iba a pescar bien la voz. Y fue precisamente en las instalaciones de su editorial que nos prestaron ahí un espacio. Y sí, tienes razón, pues qué belleza. Bueno, la obra de Crista Aun me llegó hace mucho tiempo y me llegó para golpearme por todo, por la manera en la técnica, en la escritura y la temática, y vamos a ir desmenuzando poco a poco esto. Primero hablemos de la técnica, entras en un espacio muy interesante que se está ahorita hablando mucho con varias escritoras, que es el microrrelato. Este que casi queda en la reducción del epígrafe, queda casi en una sentencia, y podría yo decir, pensando en Cristina Rascón, en un haiku pero narrativo. Y me gusta muchísimo porque te sumas a grandes voces como ahorita recientemente tuvimos el gusto de entrevistar a Patricia Esteban y hemos tenido ya Cecilia Eudave, tenemos a una gran maestra de microrrelato, Clara Obligado, algunas de ellas escribiendo desde España, otras desde México, otras desde Sudamérica. Entonces para entrar en esta conversación, ¿A quiénes les sigues a ellas también? ¿A quiénes más?

CA: Sí, por supuesto que las sigo. Acabo de terminar hace unos dos meses leí Casa de muñecas de Patricia y te deja fulminada, ¿no? Cecilia Eudave hace un eco con el tipo de escritura que a mí me gusta. Y Clara que es obligatorio, ¿no? (se ríe). Pero yo te podría decir que mi maestra, quien me mostró la potencia del lenguaje y la importancia de darle su valor, es Nellie Campobello.

AP: Qué maravilla.

CA: Cartucho a mí me dejó completamente encantada, maravillada, pues con su dominio del lenguaje. Acabo de descubrir a Tatiana Țîbuleac, espero estar pronunciando bien su apellido, esta novela de El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes no necesita más que lo que dice. Es potentísima esa novela. Y pues claro está Verónica Gerber, Marta Sanz. Recuerdo mucho a Karina Sosa con esta novela de Caballo fantasma que también son muy breves sus capítulos. Margo Glantz y claro, pues la maestra Ana María Shua…

AP: Claro.

CA: Pero aparte de estas grandes escritoras que conocemos mucho y que su obra es muy difundida hay, por ejemplo, una red de minificcionistas que están haciendo una labor tremenda por difundir el género breve. Y son escritoras que se han reunido en torno a este género de toda Latinoamérica. Hay unas muy conocidas, me parece que está Ana María Shua, está Dina Grijalva, hay varias escritoras con renombre, pero también hay muchas escritoras que para mi gusto no tienen la difusión y el reconocimiento que merecen. Entonces a mí me gusta mucho también ver qué están haciendo ellas y leerlas para, pues, empaparme de este género que tanto nos inquieta.

AP: Qué maravilla, qué maravilla. Y claro que también hay hombres que escriben microrrelatos, ¿no? pero ahorita estamos hablando de mujeres en este espacio, pero hay también escritores que han inspirado muchísimo esa literatura. Sin embargo, sí se siente que hay un movimiento muy interesante en las escritoras para recurrir a este relato. Y se podría pensar quienes lo están escuchando ahorita, “Bueno, pues qué fácil ¿no? Hacer un cuento chiquitito, así cortitito” Pues no, definitivamente es todo lo contrario. Esta limpieza de depurar, Kafka decía, “Mi obra vale más por lo que le quito que por lo que le pongo.” Y definitivamente pues ese es un trabajo de limpieza hasta que queda el texto ya listo. Y bueno, pues me da muchísima emoción acá tengo el libro que me hiciste favor de mandarme y bueno, dos libros y en uno de ellos escribiste la siguiente dedicatoria, pones: “Deseando que sea el silencio quien más te hable en estas historias.” Y como empezamos la conversación, así fue como yo pensé, el silencio es más fulminante a veces que la escritura. Cuéntanos un poco sobre tu técnica y cuáles son los retos que enfrentas en una escritura de los silencios.

CA: Mirad, para mi brevedad no es sinónimo de sencillez. Al contrario, para mi brevedad es esta necesidad de desmenuzar el lenguaje, de explorar qué es lo que quiero transmitir y está… Pues no sé, yo creo que en mi literatura está muy influenciada por mi obsesión compulsiva, con la que yo me manejo en general, ¿no?, Entonces soy muy minuciosa, me gusta investigar mucho antes de escribir una primera palabra. Me gusta crear toda una historia en mi mente, construir los personajes para después ver de esta historia qué rebanadita le voy a ofrecer al lector. Que sea como el punto de partida para el lector para que de ahí construya. Entonces más o menos, esa es mi técnica de crear primero el mundo que quiero retratar y luego seleccionar un pedacito muy breve. Y de alguna manera el reto es es que los lectores con esto mínimo que yo les doy construyan y encuentren otras interpretaciones a lo que yo les estoy dando. Me gusta… en cuanto a la brevedad  me gusta mucho manejar con mucha pulcritud el giro de tuerca, porque ese giro de tuerca es lo que le va a ofrecer al lector otras realidades. Porque de repente en la minificción vamos leyendo algo que suponemos que es una verdad y descubrimos que hay otras.

AP: Claro.

CA: Entonces, es más o menos como yo trato de abordarlo, trato de hacer encuentros en novela para que el lector tenga este reto, también de no darle todo desgranado y que simplemente se siente a leer y ya tenga todo. Me gusta que el lector también vaya descubriendo y se vaya descubriendo.

AP: Claro.

CA: Entonces es más o menos así como manejo yo o trato ¿no? de trabajar la técnica de la brevedad.

AP: Yo agregaría en la cuestión del silencio, algo que yo veo en tu obra. Hablas de ciertos temas que se dan en el silencio. Por ejemplo, la violencia intrafamiliar o el incesto y la pedofilia. Y son temas muy fuertes. Y sí vemos estos son secretos a voces o son secretos silenciados, ni siquiera llegan a ese secreto a voz o a distintas voces, sino simplemente se queda encerrado en las cuatro paredes de una debidas tremendas que tú reflejas dentro de tus personajes. Y bueno, pues que empecemos con tu libro Tras bambalinas. Que aquí hablas de muchos, muchos temas muy interesantes. Cuéntanos primero, ¿cómo surge este libro y cómo hablar de estos temas, haciendo un balance entre la denuncia y todo lo que tiene que ser, pues también la carga estética de este libro y la cualidad estética de este libro?

CA: Tras bambalinas surge como un reto personal. Yo quería ver si yo tenía esta capacidad de cuidar de tal grado el lenguaje que pudiera yo transmitir la historia sin agotar el lenguaje y contarla, ¿no? La trabajé unos dos años y medio la novela. Luego me atreví a enviarla a este concurso de novela breve Amado Nervo y pues obtuvo el reconocimiento, pero sobre todo yo descubrí mi capacidad.

AP: Sí.

CA: Porque yo tenía como mucho temor a sacar mi literatura, que fuera leída, ¿no? Y no se vino a refrendarme este gusto por la literatura que tengo y a decirme, pues continúa, ¿no? Y yo creo Adriana, que mis personajes, yo procuro a construirlos desde la condición humana y que sean éstas las formas para que reaccionen o interactúen en la anécdota de la historia más que abordar… no sé el género, la identidad como que para mí es más que nada construir un personaje desde su condición humana y que todo lo demás le dé color al personaje. Estas cuestiones de los derechos, de los abusos, de la violencia que padecen algunos de los personajes, pues yo creo que desde la ficción es importante abordarlos, pero desde la realidad, pues sumarnos a toda esa lucha que busca y que enarbola la equidad y dar el respeto a los derechos. Entonces sí, medio me manejo por esas líneas, pues yo creo que alcanzo a respetar lo que muchos viven y padecen para yo transitarlo en la literatura.

AP: Sí, me encanta, porque además el libro lo tienen que ver de verdad, está en en la edición, es una belleza. Está con la editorial Ediciones del Lirio y bueno para los que viven en Estados Unidos, lo tenemos en nuestra tienda, Shop Escritoras Books en nuestra página web, acaba de llegar, o sea, estoy emocionadísima. Es un libro que está hecho en capítulos muy breves, muy breves, tan breves que algunos son sólo un renglón. Y todos se hilan perfectamente bien y la evolución de los personajes es de lo más interesante, porque uno pensaría, bueno, pues Crista lo que hizo es que tomó un párrafo grandote y después lo cortó en todos los puntos y seguidos, ¿no? No, definitivamente no. Cada una de las páginas puede funcionar inclusive como un texto independiente. Muy interesante. Y por otro lado, crea ciertas secuencias que tú sabes, o sea, que vas a enumerar—es la primera parte, el primer acto y después viene el segundo y después viene el tercero, entonces vas creando una expectativa muy, muy interesante. Ahora el tema más importante que siento yo es precisamente son estas relaciones intrafamiliares que parten de ciertos conflictos individuales. Que es, por ejemplo, la figura de la madre, ¿cómo pensamos en las madres? Siempre tenemos esta expectativa de qué tiene que ser una madre y realmente, cómo no es así. Por otro lado, estás hablando, pues del abuso que muchos chicos gays tienen cuando son niños, cuando son jóvenes, y llega alguna figura de poder abusar de su condición o de su sensibilidad y los afectos, ¿no? Que interesante las dependencias emocionales y los afectos, los cariños, cómo se idolatran ciertas figuras, cómo la gente se idolatra a sí misma cuando están, pues enfrente de un telón, enfrente de un reflector en lo que es la industria, pues del espectáculo del entretenimiento, ¿verdad? Cuéntanos un poco más de este interesantísimo libro.

CA: Gracias Adriana. Pues fíjate que con Tras bambalinas me he topado con muchas lecturas de personas que me dicen, “Oye qué bárbara la mamá, ¿cómo es posible? Qué despiadada.”

AP: Claro (Se ríe).

CA: Y me duele mucho la presión que se pone sobre ese personaje por el simple hecho de ser madre. Y yo digo, bueno, o sea, es que también date cuenta que el personaje carga muchos… trae un equipaje desde muy joven, ¿no? Y llega a la maternidad, quizá no deseándola, y hace lo mejor posible. Y también lucha con unos demonios tremendos. Y por el simple hecho de ser madre no quiere decir que va a soltar todo lo que carga. Y elijo por su parte, pues también, si bien me lo leen como una víctima total. Pues también puede ser un tremendo victimario. Entonces, eso es lo que a mí me gusta ofrecerle al lector, Adriana, que tenga 360º en los personajes porque no todos somos del todo buenos ni del todo malos. Y siempre hay un porqué a nuestras reacciones, a nuestras formas de de interactuar.

AP: Claro.

CA: Y a mí, con Tras bambalinas yo quería que se dieran estas relaciones y esta necesidad de pertenencia, estos roles que nos imponen la sociedad y pues que fluyera, ¿no? en estos ríos que voy abriendo en la novela. Y que al final se diera un… pues un entorno más grande que el de la anécdota que se cuenta en la novela, ¿no?

AP: Definitivamente. Bueno, pues en la cuestión de estilo, de verdad me parece también muy relevante. Por ejemplo, como creas la relación entre el chico y el personaje de Joaquín. Y como hay un momento en el capítulo 69 que lo único que hay en la página es 69 grandote. Y bueno, sabemos muy bien por qué está ahí, por qué es grande y por qué no hay nada más que decir. Y queda muy obvio lo que está sucediendo. Muy sutil esas insinuaciones que estás haciendo. Estoy de acuerdo contigo que el personaje de la madre es un personaje que se enfrenta a sus propios demonios. Interesante toda tu recurrencia a la cuestión del alcoholismo con mujeres, que es muy silenciado también. Las mujeres que tienen problemas de alcoholismo son doblemente censuradas por su condición con su relación con el alcohol y como madres, ¿no? Bueno, ¿quieres leer Crista Aun una parte de este libro?

CA: Claro que sí, pues como dices, son capítulos sumamente breves. Te leo los primeros cinco.

Extracto de Tras bambalinas de Crista Aun:

Salen tras bambalinas. En el centro del oscuro escenario, un reflector le ilumina el rostro. No sé cómo viviré sin ella, dice durante el puente instrumental de la melodía. Brinda con el vaso de agua que alguien le ofrece, de un trago, agota la bebida y simulando que canta, muestra tantas facetas de interpretación como cortes en una licorera de cristal.

Capítulo uno.

Solía decirle que era la mujer más hermosa del mundo. Que de grande me casaría con ella y que nunca nadie nos separaría. La madre veía diciendo que no debía prometerle imposibles, entonces él se lo juraba con la misma convicción con que sueña un niño de seis años.

Capítulo 2

En aquella época mamá cantaba en un bar de la zona rosa.

Capítulo 3

Durante muchos años, madre e hijo compartieron cama. Yo la abrazaba, enredaba el dedo en un mechón de su pelo y me quedaba dormido, amarrado a ella, soñando con ella.

Capítulo cuatro

Nos tumbábamos a ver fotos. Mamá ojeaba los álbumes. En todas apareció espléndida, vestida como una estrella de cine con una copa, un cigarro en la mano riendo. Yo preguntaba, ¿quiénes eran las personas a su lado? Ella guardaba un breve silencio. Luego susurraba nombres, acariciaba las imágenes con la yema y regresaba a esa época dejándolo solo en la habitación. Él los odiaba, le enojaba el abrazo por la cintura, que juntaran su rostro el de ella o la miraran fijo mientras posaba para la cama. Tanto los aborrecía que deseaba arrancar la foto, romperla y quemarla, pero apenas cambiaba la página, los olvidaba.

Capítulo 5

Del hijo, no guardaba fotos.

AP: Genial, genial. Felicidades por este libro. Los invito a quiénes están escuchando Crista Aun, de verdad leen este libro. Bueno, me encantó, pero también me encantó el que sigue, que se llama Devastaciones cotidianas, vean el título, Devastaciones cotidianas. Yo dije, “pero qué barbaridad, todo un universo en un título tan breve.” Y bueno, la contraportada dice, “Caleidoscopio de desgracias y amarguras de todo tipo.” Cuéntanos de este caleidoscopio de desgracias y amarguras. ¿Lo escribiste en la pandemia?

CA: No, fíjate que Devastaciones cotidianas es un libro donde yo reúno 62 mini ficciones que yo fui escribiendo a lo largo de por lo menos seis años.

AP: Guau.

CA: Me ha costado mucho pulirlas entonces… pues por eso no me había animado a lanzarlas a una convocatoria o lo que fuera. Entonces, cuando en marzo del 2020 que nos mandan al encierro por esta pandemia, pues claro que era imposible que yo no me diera tentada abordar el tema ¿no?

AP: Claro.

CA: Y en octubre me parece, octubre del 2020, el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de aquí de Jalisco lanza una convocatoria para becas para estímulos, para promover la cultura y me atreví a enviarlo. Y por supuesto, aparecen algunas minificciones que tratan de esta devastación que nos pegó a todos. Y por eso aparecen estas pequeñas pandemias en Devastaciones cotidianas, pero es un trabajo de fácil seis años.

AP: Guau. Pues vamos a leer algunas, porque de verdad hay muchas que te dejan mudo. Y algo que me interesó muchísimo es esta cuestión de las apariencias que repites tanto: ¿Qué pensarás de mí? Tú piensas Crista que antes de leer que uno de los problemas que tenemos, para tantos problemas que tenemos, es el problema de las apariencias que siempre estamos tratando de aparentar quienes no somos? Y además, estamos muy pendientes de qué van a pensar de nosotros.

CA: Sí, sin duda es un problema que nos orilla a vivir en soledad muchas problemáticas que padecemos. Pero en el sentido del de la serie esta que aparece en Devastaciones cotidianas, mi intención era más que nada a partir de esta pregunta, ¿Qué pensarás de mí?, poner al lector en esa situación. Y llevarlo a empatizar con estos demonios, estas pasiones que a veces nos pierden estos miedos y que muchas veces, pues precisamente vivimos en esa soledad. Por ejemplo, hay una que dice, “¿qué pensarás de mí?” y le pregunta a la navaja que luego hunde sobre la piel. Entonces es llevar al lector a esa soledad en donde quien padece esta situación está tan solo que está hablando con su demonio. Está hablando con la navaja, está hablando con el licor, está hablando con la soga.

AP: Me interesa muchísimo, además la relación del título con ese, ¿que pensarás de mí? Por ejemplo, tienes uno que dice, “extracto de amapola, ¿qué pensarás de mí? Le pregunta a la jeringa introduciéndola en la vena.” Y con eso el título da todo el sentido, ¿verdad?

CA: Claro, sí, pues es uno de los… No quiero llamar requisito, pero es uno de los elementos que tiene la minificción. Y es que el título es parte del texto. Y hace el juego y es quien te cierra el círculo de esta brevedad. El título no te debe de vender el tema, no te debe de vender por anticipado la minificción, pero sí tiene que hacer mucha congruencia con lo que estás tratando de transmitir.

AP: Bellísimo.

CA: Pues así va el el juego, ¿no? de la minificción.

AP: Bellísimo. Tienes otro que dice: “Oficio, ¿qué pensarás de mí? Le pregunta al colchón entrando a la recámara con un cliente nuevo.” Brutal.

CA: Así.

AP: Y ya termina en un punto final, y se queda uno callado. A ver, nosotras vamos a buscar algunos más así al azar en el libro, que además de verdad el formato y todo me encantó, había uno más por aquí…

CA: [leyendo un extracto de Devastaciones cotidianas por Crista Aun]

Querido diario:

Dile a mamá que esta es la última página que escribo, que ya no es necesario que venga y oiga entre mis cosas, que ya no hace falta que lea lo que con tanta confianza te cuento o insista, que todo es mentira. Dile que siempre la quise, que me hubiera gustado que también ella me lo dijera. Que entiendo sus razones para defenderlo y que apenas baje esta pluma se acabarán los reproches.

AP: Sí, increíble.

[leyendo un extracto de Devastaciones cotidianas por Crista Aun]

Pabellón de psiquiatría.

Esto no puede ser, doctor. Usted me dijo que el amigo imaginario de mi hijo sería algo pasajero.

No, no, no, no, no.

CA: [leyendo un extracto de Devastaciones cotidianas por Crista Aun]

Multitudes.

¿Cómo te fue?

Pues ya sabes, éramos una barbaridad de personas.

¿Y? ¿Qué les dijeron?

Lo de siempre, que los están buscando.

AP: Sí. Y tienes tantas partes ahí, por ejemplo, de los hijos desaparecidos y el regreso a como las redes ahora siguen hablando como antes se hablaba de los niños desaparecidos y ahora pues a través de las redes se hace de otra manera. Qué interesante libro. Y bueno, definitivamente vamos a hablar ahorita de la cuestión temática, pero déjame antes ir a madres en llamas porque esta idea de la maternidad se me hace tan interesante. En el libro, Madre en llamas, aquí estás trabajando cuentos, cuentos cortos. Pero no microrrelatos, aunque hay algunos por ahí esporádicos, pero dentro de los treinta cuentos, treinta historias que están aquí, casi todas son más elaboradas y hablan principalmente sobre madres e hijos. Yo ahorita estoy escribiendo sobre las representaciones de la maternidad en la literatura contemporánea. Bueno, tu libro es un libro obligado en ese estudio, definitivamente. Pero estás además atravesando cosas muy interesantes, como es el concepto de la domesticidad y el espacio doméstico, como un espacio de réplica de roles, que es algo que podría uno pensar que es un lugar común, pero sobre todo el espacio doméstico como un espacio de soledades. Me parece muy interesante de verdad como exploras este tema. Y te sumas a muchas escritoras como Jazmina Barrera, Isabel Zapata, Claudia Aboaf y ahorita la acabamos de entrevistar Claudina Domingo, que también tiene una obra muy interesante sobre maternidades que habla de cosas desde otro ángulo. Cuéntanos de hablar de ser madre.

CA: Fíjate que para mí hablar de ser madre es abrirte a todo un universo. Estamos,tan programadas para cumplir con este rol que es inalcanzable de perfección, de abnegación, entrega, pues todo esto ¿no? Que al mínimo desliz, nos tachan o se tacha a la mujer de mala madre. Entonces, si somos nosotras quienes estamos obligadas, por así decirlo, por la sociedad, para cumplir con esta ilusión, pues yo creo que también somos nosotras quienes la tenemos que desmitificar y ser muy honestas porque maternidades hay muchas. Y todas son válidas, todas son importantes y todas merecen un reconocimiento. Entonces, abordar a la maternidad desde esta honestidad, desde el reconocimiento del cansancio, del miedo, del deseo o no deseo de la maternidad, de la posibilidad o no de decidir sobre nuestro propio cuerpo, pues yo creo que nos toca a nosotras ser quienes hablemos de la maternidad con toda la honestidad posible para que quien sí desee enfrentarla, pues no vaya engañada, ¿no?

AP: Claro.

CA: Es más o menos como… pues por ahí va mi intención, ¿no? Y yo digo la maternidad es un proceso hermoso en la vida de toda mujer, cuando está preparada para eso, cuando ahí los recursos a su alrededor. El apoyo, pero aún así, es un reto enorme. Y enfrentarlo aparte con la imposición social de que tienes que ser perfecta y que tienes que tener todas las respuestas a todo lo que se te venga, pues está, muy difícil, ¿no?

AP: Claro. Me gustaría llamar la atención a como es la cuestión de las estructuras sociales también hacen que ciertos roles queden tan grabados en la mente de la… bueno sobre todo de los hombres o de los hijos, con relación a las madres. Pero hay un aspecto muy, muy sutil y muy fuerte que estás abordando, que es el de las maternidades de niñas. Y es muy raro que se vea de esta manera. Claro que sí hay textos que han hablado desde este punto de vista, pero tienes un cuento que se llama “Candidez", que está publicado en Puerta abierta, bueno, es parte de tu libro Madre en llamas, pero también se puede encontrar en las redes en Puerta abierta y me lleno de una gran tristeza. Es brutal el cuadro que pintas. A la vez que siento la narrativa muy bien llevada, porque algo que es tan terrible como una niña de trece años que va a ser madre, tú estás aquí jugando también con la cuestión de la estructura. Me gusta mucho la manera en la que estás usando el lenguaje, pero también la forma. Estás regresando, pensé un poco en la dejo Carpentier y viajé a la semilla de esta involución que muchas veces nosotras, nosotros quisiéramos que sucediera. Cuando nosotros decimos queremos que regrese el tiempo, el hubiera no existe, son de las cosas más tristes que podemos decir. ¿Por qué? Porque quiere decir que no estamos contentos con este momento y que hay algo atrás que debió de haber cambiado o hay algo atrás donde nos debimos de haber quedado. Cuéntanos de esta idea que es recurrente en varios de tus cuentos. Es un tema recurrente en varios de tus trabajos, que es precisamente el abuso, la pedofilia, el incesto y estos niños, estas niñas, principalmente niñas que navegan, deambulan, viajan a través de tu escritura.

CA: Sí pues, es que siento yo el compromiso de que si tengo la posibilidad de ser vos para ellos, pues serlo, ¿no? Hacer denuncia de estas infancias tan violentadas, tan olvidadas, están marginadas. Entonces me parece importante dejar constancia, sensibilizar, evitar que se normalice. Y por eso son temas que me inquietan, que me duelen mucho, y quizá por eso recurro a ellos a explorarlos. En este cuento que tú me dices de “Candidez” yo opté por esta cronología inversa porque mi deseo es que no lo padezcan, que pudieran regresar a esa inocencia muy merecida y que están en todo su derecho de tener. Y que llegan estos seres abominables que son sus monstruos, sus pesadillas reales, les trastornan su vida. Entonces era mi intención quitarle a este personaje, de alguna manera sanar ese dolor que genera saber cuántos niños padecen este tipo de violencias, ¿no?

AP: Claro.

CA: Y pues sobre todo eso, sensibilizar al lector que no lo normalice.

AP: Muy interesante el... estamos hablando de una madre, la madre niña, pero estamos también hablando de la madre, que a partir de la negación y regreso del silencio, porque no le pregunta a la niña en ningún momento y ni siquiera le permite a la niña decir cómo fue que pasó esto, pero la madre lo sabe y ahí no vamos a contar más porque me gustaría que vayan al texto y lo lean. Pero también la pobre madre tiene esta, pues esta manera de querer negar algo que está sucediendo, ¿no? como la misma niña que está abrazada a su oso de felpa, pues tratando de olvidar esto que está sucediendo.

CA: Claro, sí. Pues es que siempre, consciente o inconscientemente, siempre hay un testigo de estas cosas, y consciente o inconscientemente, las permiten. Las únicas víctimas son estas criaturas.

AP: Definitivamente. Crista, ¿en qué estás trabajando ahora, qué más nos vas a traer?

CA: Ay, pues fíjate que ahorita estoy en el proceso que para mí es lo más gozoso de la escritura, que es que tengo terminados dos proyectos, uno de novela y otro de cuento…

AP: ¡Qué bien!

CA: …y estoy en este proceso de reescritura, de corrección de… pues atar todos estos cabos, ¿no? De ver qué funciona, qué no funciona, qué le quitas, qué le pones. Y también estoy muy contenta porque la semana pasada firmé contrato con Nostra Ediciones para la publicación de una novela.

AP: ¡Qué bien! Qué bien, qué bien, pues muchísimas felicidades.

CA: Gracias, gracias ya si todo sale bien, yo creo que la veremos publicada para mediados del próximo año.

AP: Claro que sí, me gustaría leer. Para cerrar la conversación, algunos de tus premios.Y bueno, tú fuiste primer lugar en microcuento en GDL en el 2015, tuviste primer lugar en el encuentro Minificción Raúl Aceves 2017. Fuiste finalista del segundo certamen Nacional de Cuento Nada Que Fingir en el 2017. Tercer lugar en el tercer certamen literario Internacional por Pretextos por Escritos, 2017. Tienes, bueno, obviamente, el Premio nacional de novela breve Amado Nervo 2019 con esta novela Tras bambalinas y has sido becaria en el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco. Pues muchísimas gracias, Crista por sumarte. Gracias por tu paciencia porque fue el largo proceso para llegar a ti y ahora bueno, pues te vamos a presumir y muchísimo.

CA: Al contrario, Adriana, muchísimas gracias por este espacio tan cálido que me ofreces, por la oportunidad de colaborar con Hablemos, escritoras que te digo, para mí es una escuela y nada. Infinitas gracias.

AP: Al contrario, pues un abrazo grande desde este ya caluroso Austin, Texas.

CA: Igualmente, Adriana. Cuídate.

***

AP: Quedamos invitados a seguir revisando la obra de Crista Aun y todo lo que venga en el futuro de su producción. Les doy las gracias a todos los que están atrás de Hablemos, escritoras tanto en la cuestión técnica, marketing, administración y ahora también el equipo que tenemos con nuestra tienda Shop Escritoras que crece día a día, ya con más de 60 editoriales. Muchísimas gracias a nuestros colaboradores fascinantes, todos ellos que nos ayudan y aportan tanto a este proyecto. Gracias a ustedes por su difusión, por apoyar ya estos años de estar frente a este micrófono. Yo soy Adriana Pacheco y nos escuchamos. Hasta la próxima.