Natalia Chávez Gomes da Silva irrumpe en el horizonte de la literatura boliviana con este estupendo conjunto de cuentos en los que el cuerpo es la primera frontera, el primer obstáculo que se debe franquear o vencer para llegar al otro, para fundirse en la subjetividad ajena como quien acepta en el pecho un corazón extraño.
En estos relatos de iniciación y crecimiento, los personajes aprenden a encarnar lugares que no les pertenecen –las hijas hacen las veces de madres, los extranjeros de ángeles guardianes, los hermanos de huidizos fantasmas– y así, desde esa subversión, descubren que siempre es posible saltar al abismo y sobrevivir.
Mantis presenta a sus lectores Salmuera, un libro seco en carnes, huesudo en su forma, que cuenta lo justo y deja, entre un renglón y el siguiente, un silencio plantado de susurros, que repercuten en el lector como esos ecos ocultos que habitan el inconsciente. — Giovanna Rivero y Magela Baudoin