La poesía siempre ha sido para mí una persecución de lo real. Un poema ha sido siempre un círculo trazado en torno a alguna cosa, un círculo donde el pájaro de lo real queda atrapado. Y si mi poesía, habiendo partido del aire, del mar y de la luz, ha evolucionado, lo ha hecho siempre dentro de esa búsqueda atenta. No es más que una cuestión de atención, de secuencia y de rigor.