La Terra Santa (1984), edición de Pre-Textos en una cuidadísima traducción de Jeanette Clariond, no aludiendo a esa tierra nueva y santificada del nombre sino a aquélla de los jardines y paseos en la siniestra Villa Fiorita, el lugar malsano de expiación y de fiebre. Así, los poemas cuentan un tiempo de purgación y espera en el anteparaíso, las horas de penitencia por una culpa desconocida en un sitio sin piedad, un punto inicuo y un lazareto de incomprensión y de martirio.