Los poemas que Vivian Sánchez Barajas reúne en Santorini, más que contarnos la historia de un viaje a Grecia, hablan del recorrido vital de una mujer que se busca a sí misma en el territorio íntimo del cuerpo. Con un lenguaje directo y llano cargado de erotismo en el que brotan, aquí y allá, imágenes brutales en su honestidad, el inabarcable deseo alza su voz. El amor y sus espejismos, el placer y el desencuentro, el atrevimiento y la búsqueda asoman en estos versos de desnuda belleza. El cuerpo es aquí volcán e isla, paisaje para ser explorado, exploración para encontrarse y poder, al fin, volver a casa.