Aventuras de todo tipo: realistas, fantásticas, sexuales. Personajes de todo tipo: buenos, malos, más o menos. Puntos de vista de todo tipo: sensatos, insensatos, delirantes, desaforados. Diversidad temática y coherencia estílistica: las enseñanzas diarias y los reconocimientos súbitos, los intentos de acorralar al azar, los extraños desenlaces de la magia y la predestinación, el cuerpo y los cuerpos en los límites que imponen realidad y ficción, las ventajas y las desventajas de la diferencia, la terrible seriedad de los juegos de los niños. La simetría estética está al acecho, y los placeres nos sorprenden a cada paso. En este sentido, Como una buena madre no difiere de los libros anteriores de la autora y es, al mismo tiempo, un desafío y una conquista. Los cuentos de Ana María Shua nos conducen al paraíso terrenal de la lectura; el pecado original consiste en despreciar alguno de los frutos que su imaginación nos convida.