A Elisa Díaz Castelo la conocí en un seminario sobre Proust. ¿A quién se distingue en las capas ocultas de su habla? Se encuentran ecos y reescrituras lúdicas de Octavio Paz y de Vicente Huidobro, pero también la influencia de Wislawa Szymborska y, más atrás, de Sor Juana, con quien comparte la curiosidad por la ciencia y sus nomenclaturas. La poesía estadounidense marca su influjo en la obra de la autora cuando el discurso conversacional da un giro hacia adentro. Y esto, en contrapunto, me recuerda nuevamente a Proust, el memorialista que quiso decirlo todo, el dios de los detalles que sedujo a aquella muchacha. Llamaba la atención su sensibilidad lectora cautivada por el autor que concibió su obra como una catedral con sus correspondencias y simetrías, con su poética de la intermitencia.