Desastre lento se pregunta por el fin del mundo, por su plástica, sus mitos y su artificialidad. Los poemas acogen imágenes de ensoñación animal y materialidades fragmentadas. En los mundos arrasados o envejecidos, la mirada de quien habla es capaz de encontrar detalles vívidos. Presentamos la tercera edición del poemario, corregida por su autora, movidos por la sensación avasallante, y contenida en el libro, de que el fin hace parte de nuestra experiencia cotidiana.