El mundo, por donde se le mire y en cualquier época que escojamos, siempre ha sido kafkiano, en más de un sentido. No nos extrañe que K, con su fiel Colt Pacemaker en mano, haya vuelto al ruedo y se lance en busca del desaparecido Gregorio Samsa por el salvaje Oeste. En su camino, se topará con Max Brod, la hermosa y enigmática Frieda, Titorelli y demás personajes conocidos. Pero dejemos que el lector se aventure por sí mismo en estas páginas y desentrañe la magnífica pieza novelística de una de las narradoras más talentosas de su generación: Cecilia Magaña.—Andrés Acosta