Adriana Pacheco: Bienvenidos a un episodio más de “Hablemos de…” dentro del proyecto Hablemos escritoras. Ahora que estamos disfrutando de tantas cosas que nos permite trabajar a distancia, se agradece muchísimo cuando también podemos hacer grabaciones en persona. Así sucede con esta cápsula que estamos grabando en vivo. Gracias a la gestión y la visión de la doctora Sonia Feiguenbaum, así como al trabajo y la gran planeación de las escritoras e investigadoras Socorro Venegas y Rosa Beltrán, Hablemos escritoras tienen la posibilidad de ir a FILUNI 2023. Ahí grabamos en persona con grupos que se presentaron en diversos paneles con trabajos muy interesantes, libros fundamentales y proyectos que se tienen que hacer visibles.
***
El día de hoy tenemos el gusto de además recibir a una gran mentora, colega, amiga Gabriela Polit, quien editó junto con sus estudiantes un libro maravilloso titulado Contar historias, escritura creativa en el aula. Esto fue una edición de Tower Books, parte de University of Texas Press, y ahí se reunieron voces de estudiantes graduados y de licenciatura de la Universidad de Texas en Austin.
El día de hoy la recibimos a ella con toda su experiencia dentro de literatura, género, feminismo, caudillos, periodistas como parte también del proyecto Anfibia que dirige Cristian Alarcón. Y con sus libros tanto de ficción como no ficción, como Los libros de los otros publicados por Chatos Inhumanos, así como Testigos no deseados, ahora publicado por la UNAM. La acompañan Yoel Villahermosa, quien cuenta con una licenciatura en estudios ingleses en la Universidad de Murcia, España y una maestría en español de la Universidad de West Virginia. Actualmente es candidato a doctorado por la Universidad de Texas en Austin.
Junto a él está sentado Ricardo Castro Agudelo, que es periodista y gestor cultural, ha escrito para medios de varios países y ha liderado talleres de escritura creativa y de redacción periodística en Bogotá, donde dirigió el taller anual de escritura creativa de Idartes. Es candidato a doctor para Universidad de Texas en Austin. Hoy nos contarán sobre Contar historias, escritura creativa en el aula. Yo soy Adriana Pacheco y muchísimas gracias a todo el equipo que hizo posible que grabáramos esta cápsula dentro del espacio FILUNI 2023.
Adriana Pacheco: Bueno, pues estamos acá en Hablemos escritoras desde el maravilloso maravilloso lugar espacio que es FILUNI 2023. Mil gracias a radio UNAM por tenernos aquí en esta cabina tan linda en donde hay tanta gente que está viendo, escuchando, la gente pasa por afuera de la vidriera y bueno, acá dentro estamos con un grupo de amigos que vienen desde la Universidad de Texas. Ahora sí todos somos “Longhorns” en esta mesa ahorita alrededor. Quisiéramos que hubieran estado más, que hubieran venido todos los que entraron en este libro maravilloso que se llama Contar historias, escritura creativa en el aula. Y bueno, ahorita vamos a platicar de qué fue el reto de hacer un libro, que es el primer libro que está hecho por una editorial de una universidad americana totalmente escrito en español. Y está escrito por estudiantes. Maravilloso. Y a la primera que quiero darle la bienvenida es una gran amiga, gran apoyadora de Hablemos escritoras, que es la doctora Gabriela Polit. Gabriela, Bienvenida.
Gabriela Polit Dueñas: Mil Gracias Adriana. El cariño es más que correspondido como sabes.
APR: Pues la verdad es que hemos hecho tantas cosas juntas que ya cada vez me sorprende más y más que podamos hacer más cosas. Yo pensaría que ya es la última y siempre tenemos algo más que hacer. Pues magnífico, magnífico. Gracias. Gabriela Polit es doctora, es catedrática dentro de la universidad, pero además tiene varios libros publicados. Ahorita están presentando también en FILUNI la traducción de un libro que es muy importante para lo que es el periodismo, que se llama Testigos no deseados. De verdad, se los recomiendo muchísimo. Tiene un libro precioso de ficción, Los libros de los otros que fue publicado por la editorial Chatos Inhumanos. Y bueno, pues tengo enfrente de mí a Ricardo Castro Agudelo, y tú Ricardo, eres periodista, eres gestor cultural, ¿de dónde eres, Ricardo? Cuéntanos.
Ricardo Castro Agudelo: De Bogotá, Colombia.
APR: De Bogotá. Tú tienes que entrar, Hablemos Escritoras y ver las maravillosas, escritoras colombianas que tenemos en ese catálogo enorme.
RC: Sí, he visto la sigo y sí, son maravillosas.
APR: Muchísimas gracias, pues ellas son increíbles. Tú eres candidato a doctorado en la Universidad de Texas en Austin. Platícanos rápidamente qué es lo que estás estudiando.
RC: Sí, soy candidato doctor, estoy haciendo un estudio comparativo de narrativas o representaciones de violencia en Perú y Colombia. Haciendo unas aproximaciones desde los estudios cognitivos, culturales y la estimulación de la empatía o sentimientos empáticos.
APR: Oh qué interesante, qué interesante. Pero además ya estás en las últimas, ya eres VD o todavía no…
RC: Ya soy VD.
APR: Los códigos que usamos en los doctorados, ¿verdad? [se ríe] Pues maravilloso, felicidades. Y tenemos directamente volando desde España, después Austin, después México a Yoel Villahermosa. Platícanos, bienvenido Yoel.
Yoel Villahermosa: Muchas gracias, Adriana. Aquí estoy, la primera vez en Latinoamérica, en México, me encanta.
APR: Pues a qué lugar tan bueno llegaste, ¿no? Qué maravilla.
YV: Ya lo sé de verdad, gracias por recibirme.
APR: Para inaugurarte magnífico. Tú tienes una maestría en español de la Universidad de West Virginia.
YV: Así es.
APR: Y también eres candidato doctoral de la Universidad de Texas en Austin. ¿Sobre qué es su disertación doctoral?
YV: Yo estudio videojuegos. Estudio videojuegos publicados en España y eso me dedico.
APR: Qué maravilla. Bueno, pues a ver, Gabriela, ¿cómo surge Contar historias? ¿Dónde surge Contar historias?
GP: Como dice el libro, el libro surge en el aula. Yo empecé a dar clases de escritura creativa en español en el departamento. Y cómo empezó esto… Es que yo les dije, “Bueno, vamos a aprender a usar el yo como herramienta narrativa y a partir de una historia personal.” Porque yo pensaba que los chicos jóvenes cuando se acercan a escribir siempre es lo que quieren, es contarte su historia, algo que les pasó. Pero vamos a tratar de enganchar esa historia con algo que repercuta, que haga sentir que no solo son ustedes los protagonistas de su historia, sino que tiene un impacto o que convoquen a otros a leer esa historia. Y entonces empezó a haber… di varias veces ese curso, di ese mismo curso a nivel graduado, Yoel y Ricardo estaban en él. Y también durante la pandemia sobre todo porque no estábamos todos atados de pies y manos. Organicé talleres de escritura a los que vinieron Gabriela Cabezón Cámara en la primavera y en el otoño vino Daniela Rea, y todos los chicos que vinieron a estos grupos sacaron historias. Y yo dije, “Pues tanto esfuerzo, tanto trabajo, vamos a hacer un libro.” Quería que el libro tuviera un sello de una universidad de los Estados Unidos. Así es que fue Melissa Guy la que me dijo, “¿Por qué no nos contó? Hablé con Robert Kimzey, que es el editor de Tower Books, es un ala de UT Press que se dedica a publicar proyectos de profesores. Y él me dijo, “Esto es muy viable y es fantástico” y me dice, “Pero yo nunca he trabajado en español,” y le digo, “Pues bueno, ahora va a ser la primera vez.” Y fue un reto enorme en todo lo que es la producción del libro por primera vez ellos estaban lidiando con una narrativa en una lengua que no es la suya. Y eso fue para mí ya es el principio de algo que está rompiendo, ¿no? Está rompiendo los cauces, digamos, de siempre y está creciendo en un lugar donde espero que crezcan muchos libros más así.
APR: Claro. Vamos a hacer una pregunta crítica. Ricardo, ¿dime cuál crees tú que es la importancia de escribir en el seno de Estados Unidos. en un Estado como Texas, en una universidad como nuestra alma mater, un libro en español?
RC: Pues mira Adriana, la Universidad de Texas, como sabes, queda sobre la calle Guadalupe. Al otro lado tenemos la Casa César Chávez, luego la Colorado. O sea, el español está en todas partes. Pero si se fija bien, no se usa en los espacios más urgentes, como pueden ser los hospitales o no se usa bien educación, salud pública, al punto que los buses los delegores en español suelen estar mal escritos, con errores gramaticales en una ciudad que tiene muchos hispanohablantes. Entonces un libro como este, que está publicado en español por una editorial norteamericana de una gran universidad completamente en español, le da un impulso, le da peso, le da legitimidad. Y sobre todo, le abre ventanas de oportunidades a los estudiantes y las estudiantes que hacen minors en español o que estudian español o que son de familias hispanohablantes de explorar sus historias o voces creativas en español. O sea, español, no solamente para el subjuntivo y el pretérito perfecto, y esto sino también como un vehículo de expresión narrativa. Así que eso me parece fantástico.
APR: Me encantan tus ejemplos, porque además, sí tienes razón. Todos los nombres están por todos lados y son en español y sí están totalmente en vedette, ¿no? como decimos en la cultura, en el idioma. Yoel, tú fuiste parte de esa aula, estuviste en esa clase y en algún momento dijiste, “Bueno, voy a tener que escribir algo.” ¿Qué se te ocurrió, de qué escribiste y qué fue realmente decir esto—“Bueno, ¿voy a compartir esto con todos estos compañeros que a lo mejor no me conocen”?
YV: Pues sí, Adriana, la verdad es que al principio fue mucho advertido, de decirte, porque creo que te quedas un poco sin defensa, ¿no? Creo que los estudiantes graduados nos manejamos dentro de cierta área de confort, que son la escritura más académic,a más estructurada. Y cuando Gabriela te dice, “desnúdate” entre muchas comillas, cuesta ¿no? Cuesta ponerse ahí y escribir. Yo tenía las ganas de escribir sobre un lugar en España, que es donde me crié en Cartagena. Hay una pequeña laguna llamada el Mar Menor y mi relato habla sobre cómo el ser humano ha ido destruyendo esa laguna con edificaciones, con turismo. Ese era un poco algo que yo tenía dentro y que de verdad que lo quería sacar.
APR: Qué maravilla. Bueno, hubo una larga jornada para recaudar los dineros que iban a hacer esta publicación tan linda, además, esta edición tan bonita. Y bueno, yo sé que tuviste que tocar muchísimas puertas, Gabriela. Todo el equipo tuvo que tocar muchas puertas. Agradecemos, por ejemplo, a fundaciones como la Round Table, ¿no? La Pan American Round Table Association, que es una organización de mujeres que desde hace el siglo pasado acabamos de cumplir, yo soy miembro de ella, acabamos de cumplir cien años como asociación. Les donó algo, ¿no? Cuéntanos, ¿cómo fue ese proceso, porque mucha gente no entenderá, tal vez, que a veces hay que hacer fundraising para hacer un libro?
GP: Creo que las humanidades tenemos que aprender que para hacer las cosas que queremos hacer tenemos que aprender a recaudar fondos para poder hacer esas cosas. Y yo tenía las historias y ahora un libro en los Estados Unidos el proceso, la producción de un libro en los Estados Unidos es muy, muy caro. Los costos de papel, los costos de trabajo, de la cadena de trabajo son muy caros y no se puede, uno no se salta ese proceso, uno tiene que seguir ese proceso. Entonces cuando yo le di más o menos la descripción del libro, Robert Kimzey me dio la cantidad de dinero que costaba hacer este libro. Y me di cuenta de que tenía que sacar la plata de algún lado. Entonces UT tiene una especie de Gofundme, pero es dentro de la universidad que se llama Home Raiser. Y tanto Yoel como Ricardo, por eso están aquí, porque fueron un apoyo bueno, no sólo ellos, pero ellos sobre todo fueron un apoyo indispensable para crear un video, mandando estos mensajes, tienes que tener una lista de embajadores que van a ser los que te van a ayudar a reproducir esto en sus respectivas social media. Tú eras parte de mis embajadoras y claro, entonces tú pones una cantidad de dinero que es como la máxima, después de otra y le das un premio a cada uno, aquí te regalamos un libro, aquí te mencionamos en social media, aquí va los agradecimientos en la página introductoria, es como lo único que puedes dar a cambio,digamos. Y bueno, recolectamos bastante plata. Luego, con ayuda de Texas Global.
APR: Maravilloso, maravilloso.
GP: Con LLILAS, llegamos a la cantidad de dinero. Pero fue mucho trabajo como tú dices, ¿no? No es que tenían las historias y mandé a la editorial, no funciona así.
APR: Claro, claro. Pues felicidades porque además nos moviste a todos. Y llegaba además con su cara, que siempre me encanta, Gabriela. Porque Gabriela puede escribir los libros más brutales de la violencia, más brutal que existe desgraciadamente ¿no? sobre todo en la frontera sur de Estados Unidos, norte de México, y siempre tiene una sonrisa. Entonces con esa sonrisa, cómo le niega uno ¿no? Y bueno, pues yo ahorita te voy a preguntar a ti, Ricardo, ¿qué fue de lo que escribiste? Pero me gustaría que leyeras primero un párrafo o dos de cuál fue tu colaboración en este libro, Ricardo. ¿Nos quieres compartir el día de hoy?
RC: Bueno, por supuesto, yo escribí sobre un amor literario que tuve que es por Fernando Vallejo.
APR: Muy bien, qué bárbaro. [se ríe]
RC: Es escritor colombiano, a mi juicio, él tal vez el segundo más importante después de García Márquez. Y bueno, yo lo perseguí como un fanboy y lo podía ver y entrevistar un par de veces.
[música de transición]
Cuesta adivinar, a juzgar por la ropa que le cuelga, que el escritor Fernando Vallejo se asemeja una estrella de rock con una fanaticada de jóvenes que lo acompaña e idolatra. Durante años fui un grupi del escritor más mordaz de la lengua. Cuando habla en público, la gente se apeñusca en los auditorios hasta que no caben ni sentados, ni de pie. Cuando lee: “Políticos de Colombia No más trabas, no más leyes, no más cambios, no más impuestos. No declaren más en los noticieros. Desaparezcan, bórrense, ¡déjennos respirar!” lo interrumpen los aplausos. Es una escena que se repite donde quiera que va. Cuando Vallejo fustiga, la audiencia aplaude. En especial cuando el blanco de sus ataques son sus principales antagonistas: los políticos, ellos son los culpables del desastre que es Colombia; la iglesia, la grandísima puta, la santurrona, la inquisidora, la torturadora; o los santos, como Francisco de Asis, un hijo de rico que decía hermano sol y hermana luna, como cualquier hippie marihuana.
APR: Magnífico. Bueno, pues este libro, entonces tú también tuviste que sentarte y decir, “voy a escribir sobre esto.” Y ahorita que acaban de presentar el libro acá arriba hace unos minutos, dijiste algo que me emocionó y me dio un poco de tristeza porque dijiste que viste a los otros chicos en algún momento salir con ese entusiasmo, con esa pasión, cuando los estudiantes universitarios todos salimos amando y adorando a nuestros héroes literarios. Y tú dijiste, “tal vez yo ya no tengo eso,” ¿verdad? Con los años o tal vez sí, ¿no?
RC: Sí, es así. Hay quienes dicen que a los héroes mejor no conocerlos. En mi caso no fue así porque Fernando Vallejo es una persona supremamente gentil y bondadosa. Que choca un poco con el tono en que escribe. Tú lo ves y es un viejito que parece un pan dulce. Mi desencanto es más porque sentía que siempre decía las mismas cosas, las mismas cosas y lo seguía, conferencia, auditorio, presentación aquí allá. Leí a todos sus discursos novelas. Y luego voy creciendo, tengo nuevos intereses, pero luego voy a una feria del libro en Bogotá y veo la fila de jóvenes así ilusionados con sus libros, “Ay, por favor, que me firme uno, no lo puedo creer, lo voy a ver,” y yo tengo como así un desdoblamiento y digo, “Uy, esta era yo, igualito digo, vamos muchachos de equipo Vallejo.”
APR: Claro que sí. Yoel, ¿nos quieres leer un fragmento?
YV: Sí, por favor, claro.
[música de transición]
Hay quien dice que los perros se parecen a sus dueños. J.I. no tiene perro, pero tiene un coche que es igual que él. Deportivo pero elegante, delgado pese a su longitud, antiguo, aunque demasiado cuidado para que se le tache de viejo. El Peugeot 406 Coupe, más que un perro es un tiburón de ojos apaisados y branquias prominentes. Bufa, incluso después de pararse en seco, en perfecta simbiosis con el tiburón que lo maneja. J.I. es educado, escucha con atención y es paciente. Sus casi 60 años le han enseñado a esperarle el instante oportuno para intervenir. Cuando llegue su momento, abre la boca y habla mucho. Lanzando palabras como afiladas de entelladas. Es categórico, guarda toda la sabiduría contenida para revelarla ante ti y te zarandea, no te suelta hasta que te des por vencido. Pero hoy no. Hoy viaja sin decir nada por una ruta que ha hecho cientos de veces. Un total de 470 km, algo más de cuatro horas, que es la distancia que hay desde su casa de la manga en el Mar Menor a Madrid. Es marzo y vuelve tras una semana de vacaciones en el lugar al que antes llamaba felicidad.
APR: Maravilloso, maravilloso. Bueno, pues se nos están acabando estos minutos, qué lástima que sea tan corto. Pero quisiera yo dejarles dos preguntas más: Gabriela, cuéntanos algo acerca de los otros colaboradores, ¿de dónde son? Porque la gente pensará, “Bueno, pues es que son latinoamericanos o españoles o de origen hispano.” ¿De qué otras nacionalidades hay?
GP: La maravilla del libro es la diversidad de sus autores y la diversidad lingüística de los contextos lingüísticos de dónde vienen ellos. Hay un grupo de chicas, todas mujeres, que vienen de Texas, que son lo que se llama en inglés, “Heritage speakers.” Hablan por herencia, el español de herencia. Entonces ellas vienen a ser mis hijos, hablan español porque lo practican en casa, porque viajan a al país de los padres, pero no tuvieron una educación formal. Con lo cual escribir en esa lengua una historia creativa es un reto enorme. Hay un grupo de estudiantes norteamericanos de distintos lugares, de Kansas, de Texas, de Boston, que aman el español, que estudiaron como una lengua porque la aman, porque les gusta. Entonces el español abarca esa diversidad y traen en sus dejos lingüísticos del northeast o de Texas o del centro de los Estados Unidos.Traen eso en su bagaje. Hay un estudiante que viene del Congo y creo que para ella el español es la tercera o cuarta lengua. Y nos cuenta una historia de lo difícil que es adaptarse. Las primeras cuatro historias hablan de lo difícil que es adaptarse para estas muchachas que son primera generación que van a la universidad. Lo difícil que es sobrevivir en el contexto de una universidad como UT. Es un reto muy, muy fuerte y creo que esta clase les dio la oportunidad de hablar de eso. Paralelamente, es una experiencia que la viven paralelamente a lo que escriben. Entonces son unos testimonios con una vitalidad muy, muy fuerte. Realmente es muy lindo.
APR: Pues es maravilloso porque es cierto, llegan de esas preparatorias de esas ciudades pequeñas de otros países, ¿no? Y tienen que enfrentarse a un reto enorme, grandísimo.
Ricardo y Yoel, vamos a cerrar este podcast porque además me encanta cuando tenemos niños en la fiesta, me encanta. Porque Hablamos escritoras es Hablamos escritoras, pero los niños en la fiesta siempre me encantan. Entonces quisiera que brevemente en una oración o en un par de oraciones, dejen algo en ese espíritu de la gente que quiere escribir. Quiere escribir y a veces no sabe cómo hacerlo, o a veces no puede hacerlo, ¿no? Ricardo, en un par de oraciones.
RC: Diría que se animen. Lo maravilloso de este libro es que es una apuesta por apostarle a la búsqueda de la expresión estética. Que a mi juicio se ha ido dejando de lado en los programas de humanidades y sin quererlo estamos como ayudando a acabar nuestra propia tumba. Y es una bonita forma de estimular esos espíritus sensibles que generalmente son quienes nos inclinamos por las humanidades y mostrarles que no todo tiene que ser el lenguaje académico, sino que estamos abriendo pequeñas puertas para labrar camino y búsqueda de narrativa.
APR: Buenísimo. ¿Yoel?
YV: Así es, yo diría que bueno, nos estamos acabando nuestra propia tumba, pero desde luego hay mucha esperanza. Yo creo que este libro es muy esperanzador, muy de comunidad. Creo que es un ejemplo muy importante de que el español está vivo y no porque lo digamos como frase general, sino que por lo menos tenemos algo físico a lo que acudir, ¿no? Y creo que eso es imprescindible, para mí eso es xesperanza.
APR: Maravilloso, maravilloso. Claro que sí. Bueno, pues Gabriel Polit ha sido una gran luchadora del programa de escritura creativa dentro de la universidad. Ese es el primer libro de muchos. Auguramos que va a tener un largo futuro por esta verdadera combinación tan linda y tan mágica de los estudiantes y de una académica entusiasta, ¿no? Y bueno, pues vamos cerrando.
Hablemos escritoras, les da las gracias Ricardo, Yoel, y Gabriela por venir hoy a este micrófono. Yo le quiero agradecer de manera muy especial a Brenda Ortiz, quien siempre está junto a un lado atrás y adelante de Hablemos escritoras y todo el equipo maravilloso. Michelle Hernández y todo nuestro equipo que está cada día tratando de llegar a todos ustedes. Yo soy Adriana Pacheco y nos estamos escuchando en el próximo episodio.
GP: Gracias.
***
APR: Una vez más, gracias por esta invitación y también muchísimas gracias a parte del equipo de radio UNAM. Encabezado por Benito Taibo, Jaime Casillas, Omar Guillermo Tercero. Y todo el equipo de técnicos que nos ayudó tanto con esta grabación. Gracias también a quienes están detrás bambalinas de Hablemos escritoras: Fernando Macías Jiménez, ingeniería de audio; Christian Josephi, edición de podcast; Brenda Ortiz, social media y administración y a todos nuestros colaboradores. Yo soy Adriana Pacheco y nos estamos como siempre escuchando en este espacio maravilloso de Hablemos escritores. No dejen de visitar nuestra página web. Hasta la próxima.