Hablar brevemente sobre el libro cuentos Tierra fresca de su tumba (Marciana, 2020. Candaya, 2021) de Giovanna Rivero sería como ver un árbol y decir que se conoce el bosque entero. La exploración temática en los 6 relatos que componen este volumen es simplemente inmensa y nos lleva a descender en la intimidad de lo humano y la normalizada extrañeza que nos hace hombres y mujeres. Es reconocer la vida cotidiana en las silenciosas venganzas de una violación masiva en “La mansedumbre” o en el hijo devorado en “Pez, tortuga, buitre”, o la desmitificación de la idea de la madre perfecta en “Socorro”, hasta en la tía dipsómana que cría a los niños en “Piel de asno”. Al leerlo recordamos que la maestría de la escritura radica en repensar las historias que se quedan archivadas en periódicos viejos para, a través de la ficción, actualizarlas y eternizarlas. Rivero escoge la brevedad del cuento para hacerlo y para decir lo que dudamos pueda ser dicho. Leerla es sumergirse en su escritura con fascinación y con miedo a seguir leyendo y encontrar lo que no habíamos querido ver.