Vivir en otro país expone al ser humano a nuevos entornos. Adaptabilidad, vulnerabilidad, pérdida de hábitos, asimilación de nuevas conductas, son algunas de las ramificaciones de un cambio tan contundente como lo es la inmigración o el exilio. Los relatos en Espejos en un café se aventuran sobre lo extraño del nuevo ámbito. Asimismo, exploran la evolución del ser fuera de expectativas construidas con antelación, más allá del desarrollo de una identidad multinacional. Indagan sobre enigmáticos sucesos o coincidencias. Generan frescos ímpetus de crítica, memoria o reflexión. Los textos ofrecen vislumbres de una realidad inasequible, multifacética, misteriosa, a veces trágica. Desde su compleja identidad, en viva interacción cultural, los personajes expresan su libre albedrío, confieren energía a los textos, e impulsan a seguir preguntando. ¿Cómo se aborda el crecimiento intelectual? ¿Cuál es la trascendencia más allá de la torre de marfil? ¿Cómo se expresa la espiritualidad dentro un nuevo entorno? En un café se divaga, se hallan destellos, chispas de luz, claroscuros. ¿Qué revelan los reflejos de esos espejos? Con una taza de café se echa a andar la reflexión, se conversa... o se cuestiona. Y ocurren epifanías. El café hilvana, hace que surjan ocurrencias, soluciones. En Espejos en un café la ironía, la observación y el lenguaje conversacional se entretejen para aportar un contenido que desafía a pensar más allá de lo inicialmente concebido, a remontar hacia una libertad más profunda. Los textos llaman a filosofar, a soñar, a criticar. A través de una obra literaria efervescente, Olivia Maciel Edelman nos invita a seguir cuestionando, imaginando.