¿Es posible reunir a decenas de escritoras bajo un mismo techo en un día dedicado a ellas? ¿Escuchar lecturas de sus obras y disfrutar de conferencias que nos hace recordar la gran trayectoria de figuras de ese universo literario? ¿O reflexionar sobre qué es lo que sucede en el mundo del libro y la literatura hoy? Este año todo esto sucedión en el "Día de las escritoras" que llegó a Hablemos, escritoras en la forma de una invitación al 2o. Coloquio de escritoras en Guadalajara, Jalisco en México. Lourdes Ariadna González, Secretaria de Cultura. Fernando Toriz tambien de la Secretaría de Cultura y la gran Carmen Villoro, directora de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz de la Universidad de Guadalajara, fueron quienes invitaron por segunda vez a decenas de escritoras, principalmente poetas, a que se dieran cita durante 3 días en la ciudad que en 2022 "Capital mundial del libro". Ahí tuve el gusto de escuchar ni más ni menos que a la gran Elsa Cross y de conocer y convivir con Carmen Villoro, ambas dos poetas que son absolutamente deliciosas.
Y si es cierto que celebrar a las escritoras en un día especial puede ser visto como una fecha más en un almanaque que cada vez se llena de más días festivos, lo es también que en un momento en donde se está trabajando tanto por hacer visible la escena literaria por escritoras es vital tener la oportunidad de reconocer no solamente los nuevos nombres que se integran día a día, sino también regresar a nuestras madres literarias, aquellas que han pavimentado el piso por donde ahora caminamos. Y es que cuando vemos el gran bosque que conforma la literatura por escritoras, es delicioso detenerse en los árboles que robustos han sobrevivido y luchado en un mundo que tradicionalmente ha privilegiado a los escritores y su obra. Es pensar en escritoras nacidas en los 1930s como Elena Poniatowska o Margo Glantz, o en las nacidas en los 1940s Y 1950S como Elsa Cross, Giaconda Belli, Jeanette L. Clariond, Diamela Eltit o Sara Sefchovich, a quienes tanto les debemos y que nos siguen dondo ejemplo e inspiración.
Con esta idea en la mente escuché emocionada a Elsa en el recinto de la Biblioteca Octavio Paz donde nos habló de su vida y trayectoria. Recordé ahí que la había leído por primera vez en una clase de maestría hace algunas décadas, como una escritora de poesía érotica y mística. Me sorprendí al saber sobre la gran influencia que la India ha tenido en su vida y escuchar sobre su trabajo como traductora del francés. Alumna de Ramon Xirau y parte del Taller de escritura de Juan José Arreola, tiene una abundante obra. Por supuesto que no perdí la oportundiad de entrevistarla en la salita de mi cuarto en el Hotel Mendoza. Ya verán qué bonita conversación tuvimos. Me encantó compartir con esta lúcida y brillante mente.
Los tres días que estuve en una de las ciudades más lindas de México, con su centro colonial, su Catedral, Teatro Degollado y Hospicio Cabañas, comparti con una total revelación para mí: la escritora y artista Jenny Valencia Alzate. Autora de El diablo del barrio Obrero y otros cuentos de terror y Buzirako Fútbol Klub, vino desde Colombia para hacer una representación teatral y multimedia titulada "Gorda" que cuestiona los estereotipos de belleza y la violencia naturalizada en las calles de Cali que lleva a tantos jóvenes a la muerte y al crimen. Jenny nos emocionó el tercer día del coloquio con un guión y una representación absolutamente maravillosa frente a más de 160 estudiantes a quienes sin lugar a dudas movió de su zona de confort y que aplaudieron sin parar.
Qué dicha haber conocido a Elena Méndez de la Peña, autodenominada "Destructora de Ilusiones", un espíritu maravilloso y pícaro. Entre broma y broma resolvimos que Elenita es además la auténtica personificación de una "razonera" término que Jenny Valencia nos enseñó en estos días y que podría traducirse como una "Celestina". No sólo eso, Elena es una Ghost Writer que cumple con una función que nunca había pensado dentro de la literatura. Junto con ella en estos tres días tuve la oportundiad de conversar con tantas escritoras que se dieron cita y de recibir los muchos libros que me trajeron para que volaran conmigo hasta Austin, Texas. Conocí también en persona a las cabezas de dos editoriales que admiro mucho. Antonio Mars de Paraíso Perdido quien ha sido desde los inicios del proyecto un aliado y una gran apoyo. Ahora conozco a Luis Armenta Malpica y Alejandro Silva Márquez de Mantis Editores y me emociona pronto entrevistarlos para el proyecto y tener a sus autoras.
Como siempre en estas grandes oportundidades busco el momento para al fin conocer en persona a escritoras que ya están en el proyecto. Esta vez tuve la gran delicia de estar con dos "Cecilias", Cecilia Magaña y Cecilia Eudave. Qué delicia poder abrazarlas en cuerpo y alma. La primer me regaló su libro Demasiado tarde para ser otra cosa recién publicado con Nitropress y muchos nombres de escritoras nuevas para conocerlas y conversar con ellas. La segunda me llevó su último libro con alfaguara El verano de la serpiente que ya estoy ansiosa por leer y que agregó un ingrediente más a nuestra interesante conversación sobre cómo ve la escena contemporánea.
Nunca imaginé que en una torre, con murales inacabados por artistas locales sobre la maternidad, entrevistaría a una poeta entrañable: Carmen Villoro. La poesía de Villoro canta a la ciudad, a los objetos, a lo cotidiano, a la dicha de vivir lo pequeño e inmediato, al dolor y la pérdida. Contemporánea mia, en esta generación que formamos las nacidas en los 60s, es deliciosa su escritura en prosa y poesía. Ahora que la conozco en persona entiendo por qué durante todo el tiempo que la he leído a lo largo de los años, ha sido como estar con una vieja amiga por su calidez, frescura, su espíritu lúdico y luminoso y su gran, gran conocimiento de la literatura. Qué dicha también haber conocido a María Pérez Villoro, su hija.
Gracias Lourdes González por su visión y gran compromiso con la literatura. Gracias Fernando Toriz por esta invitación, por ser complice, por soñar con nosotras, por crear los espacios. Gracias Irene Ruvalcaba por acogernos y recibirnos y por tantas recomendaciones de autoras para leer y entrevistar. Gracias Zelene Bueno, Patricia Carrillo Collard, Gina Preciado, Frida Margarita Tejeda, Erika Zepeda Sivia Madero, Elizabeth Batida y todas las otras escritoras que se aceercaron a conversar conmigo. Las traigo en la mente y en mi maleta llena de libros.
Regreso ahora la ya no tan calurosa Austin, al hill country sus venados y serpientes, con tarea de sobra e infinidad de planes.